El tema es muy sencillo:
Naces y te prestan cuatro ideas que han tenido tus antepasados hace muchos siglos.
Poco a poco las vas haciendo inamovibles y las atornillas un poco más.
Entonces, las incorporas como la esencia pura de tu ideario de andar por casa. Cuatro putas ideas de mierda que las conviertes en cuatro mandamientos sin rechistar.
Creces, te peleas, te ganas unas cuantas cicatrices y tus cuatro ideas siguen pegadas en tu frente como una verdad de fe.
Estudias lo que sea y mientras mantienes con mimo tus cuatro ideas.
Te haces adulto, trabajas como un gilipollas y sigues tu ideario como un burro tras la zanahoria.
Algunos, hacen antes la mili y entonces hay que añadir a las cuatro ideas una última idea: te gustará el orden impuesto por la "autoridad" y las armas para poder mantener ese orden de imbecilidad.
En definitiva, te empiezas a hacer viejo a los 65 años y entonces miras para atrás y te dices: ¿qué coño he hecho con mi vida?...
(Te respondes)...
Pues he hecho el pringado y es más no he aportado nada nuevo y mejor, a éste pequeño mundo tan nuestro y tan dejado de la mano de dios.
De nuevo piensas:
Mi abuelo tenía las mismas cuatro ideas que yo y yo me encargaré de trasmitirle las mismas ideas a mis hijos y mis cuatro nietos.
Y fin de una puta vida llena de orden y miseria.
Pero antes de morir dirás:
Lo mío es lo tradicional,
los toros me entusiasman y porque son fiesta nacional y no se hable más.
los inmigrantes no son seres humanos a los que hay que abrazar y apoyar.
y que la patria es nuestra bandera
y ante nuestra bandera, sólo nos queda cantar un himno
e idolatrar a nuestro líder.
En fin, ese señor, que no soy yo,
ha nacido con cuatro ideas como herencia familiar
y morirá con las mismas cuatro ideas y sin cambiar ni una coma
de su penoso, triste y estrecho discurso.
Al final, va tener razón
el que decía:
nacimos capados
y moriremos más capados.
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