Si yo ahora te tuviera entre mis dedos,
quizá ardiese como hoguera
siendo a la vez, amanecer y ocaso.
Me sentiría completo, agradecido,
plácido, grandilocuente,
exultante, sonriente,
desnudo sin barreras
armado del valor que te da el amor,
seguro de mi mismo,
agradecido con el mundo,
y orgulloso de haber nacido...
aunque todo hay que decirlo,
no habría nadie más que tú
ni aquí ni al otro lado del mundo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario