Aquellas pequeñas cosas que tanto te gustaban.
Te gustaba el resplandor de mi luz de luna,
la lluvia saltando por las tejas,
el aire frío de la mañana,
el pasar del tiempo en una tarde de invierno
la garganta profunda de un desfiladero,
el bosque mágico por el que paseábamos,
mis cortas manos
y mi anchos pies,
mi voz tenebrosa retumbando en las tinieblas,
mis dedos recorriendo la piel de tu cuerpo,
el vaho de mi boca al juntarse con el tuyo,
mis pequeños cuentos
mis ridículas historias
y mis películas mudas.

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