En resumidas cuentas
todo lo dejaría en empate.
Lo bueno empataría con lo malo
lo peor con lo mejor
los buenos momentos con los malos momentos
la suma de besos con la falta de ellos
mi forma de haber sentido con mi falta de sentido,
mis quimeras con mis viejas pretensiones
mi juventud revolucionaria con mi trabajo diario,
mis obsesiones con mis ilusiones,
mis miedos con mi osadía de ciego,
mis deudas con la exaltación de que nada importa,
mis noches de desmadre con la vana esperanza de encontrarte
mis tardes ocres con la luz de una idea,
la ternura de mis ojos con la estrechez de tu mente,
y lo vuelvo a repetir y por si no había quedado claro,
todo y absolutamente todo
lo dejaría en empate.
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