La vida siempre nos cuenta nuevas historias y suele pasar que aparecen de improviso o sin previo aviso o que nunca fueron invitadas y por su puta cara se presentan ante ti. Y bueno y yo admito muchas cosas improvisadas y hasta me gustan que aparezcan de vez en cuando y por su puta cara y por su puto morro. Me gusta lo espontáneo que te hace romper los esquemas de que estás suficientemente preparado para afrontar las peores adversidades y resulta que a la primera de cambio que se presenta de imprevisto, te quedas desnudo y en pelotas. Y eso te pasa por presumir tanto de que eres un marinero con mucho callo en las manos y que has pasado por todas y que has sabido salir de ellas casi sin heridas. Que puede que sea así, pero solo en parte y porque no todo son repeticiones de viejas situaciones que has vivido anteriormente. En la vida siempre te aparece algo nuevo y que en principio y por tu propia experiencia de viejo lobo marinero, te hace pensar en que todo está controlado, pero más adelante podrás comprobar, que no lo estaba y porque por el camino las cosas cambian y no todo tiene el mismo desarrollo, ni por supuesto, el mismo final. Tú te crees un ser poderoso ante las adversidades que se te van presentando, pero la realidad no es así y porque en definitiva nunca hay una repetición igual de un hecho. Y puede que se parezcan los hechos y puede que intuyas por donde puede ir la evolución de las cosas, pero nadie es igual que el otro de aquellos tiempos, ni tú eres el mismo de antes, ni los dos estamos en la misma situación que habíamos vivido.
Son cosas obvias las que digo y parece un razonamiento de un recién nacido, pero lo obvio también sabe esconderse y un día y de buena mañana te estarás dando cuenta que no todo es tan sencillo. Todo y para nuestra desgracia, se va complicando y hasta lo más nimio se puede convertir en un gigante. Claro que esos gigantes tampoco son tan grandes y hasta hay algunos que tienen los pies de barro y por tanto, hay que saber atacarlos por abajo y para desmoronarlos de una puta vez por todas. Yo la verdad es que a veces hago cosas que no sé porque las hago y sin saber el porqué tomo postura, claro que el interrogante se queda dentro de mi cabeza y pueden pasar meses o hasta años y hasta que me doy porque coño ha sido, Siempre hay un motivo dentro de una decisión y el que ayer era tu gran amigo ve el tío y comete una tontería del carajo, pero esa misma tontería es el gatillo que dispara tu arma y entonces y de repente, deja de ser tu amigo. Y no hay odio, por supuesto, ni hay rabia, ni hay venganza por nada y simplemente hay un cruce de cables que a su vez te hace ver, que en parte ese amigo era ficticio.
Y después te llama y al principio le contestas, pero él sigue insistiendo con llamadas y mensajes y tanto llega a insistir que al final te acabas agobiando y ya no le coges sus llamadas. No hay amigos para toda la vida y si los hay es porque se estuvieron cuidando mutuamente, aunque este último argumento tampoco me convence del todo y porque hay personas que se han apoyado en todo pero resulta que una de ellas se ha cansado de la otra. Pues mi ex amigo, no fue capaz de comprenderme y a la primera que puede vuelve a meter una puyita reclamando su puta existencia. Y yo me callo y no por cobarde y sí porque esto que estoy diciendo es super difícil de ser explicado sin herir a la otra persona y porque ante este tipo de decisiones, me valgo más de los sentimientos y sensaciones que me da la otra persona, que por enumerar mis decepciones con él.

No hay comentarios:
Publicar un comentario