Hoy fui a comer a un precioso restaurante y para celebrar mi jubilación. Y no sé porque tengo que celebrar mi jubilación, pero como no era obligado y por lo tanto era otra opción como cualquier otra que puede haber, pues me dije vamos a celebrarlo en familia y en un restaurante que está a pie de mar. Y la comida estuvo bien, un poco lentos y porque la comida casi duró 3 horas. Y tampoco nos pusimos a comer como cerdos y me refiero a las cantidades, pero el que nace lento pues ¿qué será de mayor?, será más lento todavía y además, estamos en medio del verano. Menos mal que no comimos fuera en la terraza porque el calor que hacía en el día de hoy, era insoportable. Y comimos dentro y con el aire acondicionado a tope, pero aún así y todo, hacía menos calor que afuera, pero también hacía bastante calor. Hoy es Domingo y día 22 de Junio y se acerca la fecha que para algunos es la más importante de su vida, Sant Joan y que se celebra en Ciutadella de Menorca que está en el otro extremo de la isla y oigo extremo y me suena a que hay 500 kilómetros por el medio, pero no señor, hay solo 45 kilómetros entre Mahón y Ciutadella. 45 kilómetros de mierda que en un día normal (en donde no suele haber fiesta), se tardan entre 30 a 40 minutos. Pero ahora, aparte de esas famosas fiestas donde dan brinquitos los caballos con su jinete montado sobre sus lomos y donde todos los piraos que están a su alrededor, empujan y ayudan (solo algo, pero es demasiado molesto y agresivo para el caballo) a levantan al caballo para que de sus saltitos y en teoría, para que el caballo con su jinete, se quede más tiempo suspendidos en el aire y que dado el calor que hace y la masificación sobrepasada de los que acuden a esta fiesta, es el polvo el que se queda en suspensión. También hacen otro tipo de juego y va el caballo y su jinete corriendo a toda hostia por una esplanada y tienen que meter la punta de su lanza por una argolla pequeña y el que acierta se le anota en los anales de la historia y además se queda con toda la satisfacción de haberla metido. Aunque también hacen una series de dibujos (caricaturas) sobre una madera delgada de grosor y hacen lo mismo, solo que apuntan a esa caricatura de madera y la acaban destrozando y astillando y entonces se monta una buena pelea entre los asistentes que observan ese espectáculo y para poder quedarse con un trocito de esa madera pintada. Y cuantos más trozos de madera pintada te lleves a tu casa más admiración causarás en toda la ciudadanía local. En realidad, es un pequeño trofeo que guardarán en su casa con todo mimo y para demostrar que es un verdadero gallo dentro del gallinero.
Y todos esos días de fiesta toda loca, beben como cosacos el gin con limonada, aunque al otro lado de la isla, al mismo brebaje se le llama, pomada. Y desde la mañana a la noche y desde la noche a la mañana y entre esa inmensa manada de gente y entre el calor sofocante que hace en ésta época del año, la cosa y la calor que emana el brebaje siempre sube el tono de la fiesta y aquello se convierte en un hervidero y en donde hierven la gente, los caballos y todo ser viviente. Yo creo que están al límite de muchas cosas y hasta se pasan dos o tres pueblos y entre ellas está que las mujeres no pueden ser jinetes y porque así lo dictamina la tradición hecha por hombres hace cientos de años. Pero son muy machos ellos, son muy de pelo en pecho y como no los paremos lo seguirán siendo y porque su tradición así lo dictamina. Y después tenemos el tema de los caballos, que dada la masificación que padecen a su alrededor y todos esos energúmenos que van entonados y borrachos hasta las cejas y que dicen que están para ayudar en la levantada del caballo y su jinete, habría que ponerle a este asunto, otro pero muy grandes y porque eso mis queridos señores, es maltrato animal y con todas sus letras. Ellos, los que defienden que el caballo no lo pasa mal y hasta disfruta de la fiesta o es que están ciegos o son seres insensibles que disfrutan con esa forma de maltrato. Que se compren un caballo de cartón y que se dediquen a hacer saltitos por las preciosas calles de Ciutadella.

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