Es bello poder contemplar la vida desde una atalaya


 Es bello poder contemplar la vida desde una atalaya

o desde la cima de una alta montaña

abajo, el valle con su río que se agita de vez en cuando

a los lados, laderas de todos los colores

y va desde el amarillo pajizo al verde oscuro azulado

y por encima de ellas se extienden bosques de hayas y abedules

también hay pinos, alcornoques, encinas y robles

abajo en el valle se ven campos de centeno y trigo

y no nos podemos olvidar

de los campos de amapolas que se mueven a su antojo

y crean una alfombra mágica roja

bordeada por matorrales marrones y verdes

el río es caudaloso 

y cuando estrecha su cauce, 

se hace ruidoso

y porque sus partículas de agua se aceleran

para ser las primeras en pasar por el embudo. 

La noche hace más bella las vistas y los sonidos

y las cigarras poco a poco van apagando su canto monótono

y que a veces se hace demasiado cansino

y los cencerros que llevan las vacas

se oyen a lo lejos

y de vez en cuando se cuela la bocina

o los frenos de un coche.

Y cada media hora suenan las campanas del pueblo

y el sonido de un búho resuena en el bosque oscuro

y mientras el viento hasta ahora calmo y tranquilo

hace acto de presencia y mueve las copas de los pinos.

Hace bastante calor en el valle

normal, es verano

y aquí los veranos son calurosos

y sobra la ropa de cama

y hasta las sábanas no se soportan.

Podía ser mi pueblo

pero no lo es,

mi pueblo no tiene atalayas ni río, 

ni siquiera hay una montaña que merezca ser mencionada, 

pero si hay dos molinos que no pueden mover sus aspas

y porque le ataron las aspas

y ¿ qué hace un molino con las aspas atadas?

pues nada, es un pegote que sirve de adorno

y para que los guiris piensen que ese molino tritura trigo

o centeno o maíz...

pero como pasa siempre

la realidad es la apariencia de lo que nos quieren vender.

Pero sobre todo mi pueblo

tiene un muelle precioso de necesidad

un muelle mediterráneo

lleno de barcas, lanchas y barcos

pero siendo como es

tan bello y tan hermoso

que necesidad hay de ponerle otro pegote

y entonces te hablan de un muelle de pescadores

y en todo el muelle solo hay dos o tres barcos de pescadores

el resto y por tanto la gran mayoría

son barcos de recreo

que sirven para dar una vuelta

y fondear en una cala y para pescar un poco

o para darse un baño

en esas hermosas aguas transparentes que te ofrece esta isla.


















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JULIO CORTÁZAR