Y pensándolo bien
y pensándolo cada día un poco mejor
yo me digo a mismo
fuíste carne de cañón
alimentaste a demasiados buitres
y ahora, que eres más cosa que persona
es mi deber reconocerme ante mi espejo
y he sido como un buen tío
y un mejor chaval
y veo y observo que con la vejez
se me han arrugado hasta los dedos
y todo lo que puedo ver desde mi ángulo más oscuro
es que nadie te va a reconocer cuando ya esté muerto
yo no espero una estatua de fría piedra que lleve mi rostro impreso
ni me darán un homenaje y en plan fiesta salvaje
y hasta altas horas de la madrugada
ni siquiera pondrán mi nombre en una lápida de mármol
y es que cuando yo me muera
y alguien quiera hablar conmigo.
lo tendrá que hacer a dos metros bajo tierra.

No hay comentarios:
Publicar un comentario