Acabo de leer un poema
que me enterneció hasta en el fondo de mi alma
y el poema se llamaba
"después de 37 años mi madre me pidió perdón"
y me hizo recordar que a mi nadie me pidió perdón
y menos me lo pidió, mi madre
y me lo había que haber pedido
y por toda la infancia que me dió
y por todo su desprecio hacia mí
ya que era un puto niño que solo quería sobrevivr
y por tanta ira que yo le producía
y por tanto odio acumulado y poco disimulado
y por tantas y tantas bofetadas obsequiadas
y por toda su amargura desquiciada
y por tantos gritos
y por sus escasas palabras de amor
y por no decir, que no me dijo ninguna
y por esa inmensa carga de miedo y maltrato
que me encogía el corazón
y de hacerme poner caras de que aquí no había pasado nada
y cuando se presentaba una visita no esperada
y las grandes dosis de burlas cuando lloraba
y no seas niña y no seas un débil
y una buena hostia para que digiriera bien sus palabras
e hijo mío (y ésta era su única muestra de cariño)
llamarme hijo mío
y era para ablandarme un poco
y para que entendiera mejor su mensaje
e hijo mío, en ésta vida no se puede ser un cobarde y un débil
tienes que ser fuerte
tienes que tener ambición
y porque sin ambición en ésta vida
no serás nada
y ahora suénate los mocos
y vete a la cama.
Yo creo que en fondo de mi alma
le tengo envidia ésta poeta
y porque después de 37 años
su madre le pidió perdón.
Quizás en el más allá
mi madre me pida perdón
pero permitidme que lo dude
y que lo dude mucho.

No hay comentarios:
Publicar un comentario