LA SECTA DE LOS QUE ODIAMOS EL VERANO


El viento paró y todo ha tomado un tinte de tormenta atormentada con insondables negruras siempre amenazantes y que pueden durar sólo un día o todo el puto Verano que nos queda por sufrir. El tema es...es joder y su deporte preferido es joder y su entretenimiento más guai es joder y hasta que te suden los huevos en plan catarata del Niágara. Y mira que hago lo posible por olvidarme del tema, pero en cuanto el sudor me empieza a caer a goterones, cada gota es un recordatorio de que me tengo que cagar en el tiempo que siempre hizo en cada puto verano de mi vida. ( salvo los veranos de mi infancia, que eran en la playa de Vigo y que de aquellas eran veranos más bien frescos) Ahora, hasta allí son veranos asesinos del puto calor que hace. El otro día leí un artículo en una revista que versaba sobre las personas que odian el Verano. Yo soy una de ellas y me añado a su secta llena de odio, rabia y venganza. Decía que había currantes que estaban hasta las narices de tener que currar a destajo y a pleno sol en el verano. Mayoritario era el sector de hostelería que tenía que servir al puto turismo que a su vez, viene a pasar calory entre otras cosas a beber cervecitas que ellos les salen bien baratitas y si van a Madrid, entonces ya te cagas y porque dice la presidenta madrileña (la Ayuso) que allí las siven bien y siempre muy fresquitas. Y claro, con más razón si eran cocineros metidos en el agujero oscuro y lúgubre de su cocina sin ventilar y sin airear y toda pegajosa de grasa asquerosa que va soltando ese mismo aceite que dura para todo el verano.
Yo veo casi todos los días a un vecino a primera hora de la mañana hiendo a currar de cocinero, que de mañana aún tiene un pase, pero cuando lo veo a las 4 o 5 de la tarde volviendo del curre y con el calor que hace a esa hora, me entran unas ganas de llorar alucinantes. Yo le digo... ¡ánimo! (por mis adentros) y como si esa palabra de ánimo para algo sirviera. Pero se lo tengo que decir igualmente. Me parece lo más humano y porque no puedo decirle: ¡no vayas a currar!. Poder... puede, pero creo que no es el caso, ni la frase apropiada para uno que sabe que tiene que ir a currar por cojones si quiere comer el próximo mes (como todos los que curramos). Pero no todos curramos dentro de un puto horno y en pleno verano. Después salía un tío de Málaga que hacía Sardinas al espeto y claro, eso en Verano significa currar a más de 50 grados de temperatura. Y aclaraba que para él, el verano empezaba en Noviembre y que duraba hasta poco antes de la Semana Santa, después ya empezaba la temporada de sudar con las putas sardinitas al espeto. Claro que el chiringuito para el que curraba, era de su hijo y entre ellos, supongo que se entenderían y cuando así es, el agobiante calor nunca es para tanto o eso dicen ellos y por ser los propietarios.
Por último salía una catalana que vivía al lado de la Sagrada Familia en Barcelona y que en resumen decía: "Esto ya no es un barrio, es un parque temático. Si no te apartas de la acera, te arrollan los turistas", Vivir frente a la Sagrada Familia ha dejado de ser un lujo para convertirse en una amenaza. "No puedo disfrutar de mi terraza en los mejores meses del año. Los gritos de los guías me lo impiden".
Pobrecita la tiparraca...
Pero ese es el turismo de masas que convierte a una ciudad en una puta cloaca.
Los gritos de los guías me lo impiden...decía la pava...
Ella que vivía en el centro centro de la ciudad y pensando que su piso con vistas a la Sagrada Familia era una gran inversión...pues pasa que ella puso su granito de arena para que acudieran en masa los guiris (seguro que sí) y no se estaba dando cuenta que los guiris masificados son una lacra social que acabará destruyéndolo todo. Se comerá ciudades enteras, los más hermosos paisajes, las más bonitas y exquisitas Islas (como la mía) y los casi únicos beneficiados serán los que dan de comer (y beber) a la marabunta de guiris y que han convertido en bultos de carne con ojos, son los mismos propietarios que tienen a parte de sus trabajadores a más de 50 grados a la sombra y explotados a conciencia de 12 a 14 horas al día y sólo cobrando 7 horas.
Esto es el puto turismo y sus consecuencias y el resto, son coñas marineras.

















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JULIO CORTÁZAR