VIEJAS FOTOS


A veces me acuerdo de cosas que me encanta recordar y porque de aquellas habían valido la pena y porque ahora y pensando en ellas, me reafirmo en el placer que me producían. Pero ahora y precisamente ahora y 50 años después, estoy pidiendo a las personas que de aquellas vivían a mi alrededor o yo alrededor de ellos, amigos, conocidos, medio amigos, compañeros de estudios, camaradas de aquella vieja militancia, novias o medias novias, compañeras de lucha y todas de las que me acuerdo y que de alguna forma han sido una parte de mi vida...pues ya se me olvidó lo que les quería pedir. Pero la memoria aún me funciona y la inmediata me funciona mucho mejor y por eso me acuerdo de que estaba haciendo peticiones de que me mandaran viejas fotos de aquellos tiempos y porque como yo era como era, primero, porque no me gustaba salir en las fotos y principalmente era porque no me gustaba como salía en ellas, y en segundo y tercero lugar, era que no me gustaba ni ordenarlas ni guardarlas y aunque fuera en un viejo sobre y dentro de la mesilla de noche y porque era un dejado y un imbécil que se creía que nunca a lo largo de su vida las iba a echar de menos. Y ahora tengo 69 años, pero llevo desde los 65 años queriendo disfrutar de esa vieja memoria fotográfica y porque aparte de mí, me acordaré de aquellos seres que de alguna manera fueron importantes para mí. Y como acabamos después, es o no es un problema distinto.

La verdad es que la mayoría de aquellos viejos personajes se fueron cayendo por el camino, pero ahora que lo puedo pensar varias veces, casi la totalidad se han alejado o yo los he alejado y por no decir claramente, que no me queda ninguno. Yo, desde luego, no soy de los que piensa que un amigo de verdad lo es para el resto de tu vida. Bueno, pensar lo puedo pensar, pero mis actos y mis hechos me han demostrado todo lo contrario y a veces, por puta dejadez por mi parte, otras veces porque algunos porque me habían traicionado como personas o que en aquél momento yo lo sentí así o porque al cambiar las circunstancias no supimos adaptarnos a esos nuevos tiempos que más tarde nos tocó vivir. Yo me reconozco en ser el primero en no saber como hacerlo, pero en cambio de hablarlo y de decirlo y tal y como se debía hacer, busqué encerrarme en mi propio refugio con más fuerza y más aislado que nunca y rodeado de drogas, pastillas y alcohol y  pretendía que fuera mi arma para poder olvidar al que echaba de menos, al que quería y al apreciaba de verdad. Y así nunca se olvida y en tal caso, sólo se puede aplazar el problema y porque a las personas que a lo largo has querido con todas tus ganas y con todas tus fuerzas, nunca las podrás olvidar del todo y porque un día se presentarán sin previo aviso o se colarán en el mundo de tus sueños y como si fueran fantasmas que nunca se han ido de tu alma.















No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR