SOY UNA TERMITA (Poema)

Tengo una sensación rara,
pues a veces me siento una termita,
una termita que poco a poco va comiendo la madera,
y mi primera preferencia son los pilares,
los pilares que sostienen a las personas,
o sea, la estructura que los mantiene en pie,
su chásis o esqueleto óseo.

Me encanta entrar en las personas,
y penetrarlas hasta el alma,
y verlas desde esa perspectiva,
la que dá verlas,
 desde el fondo de su armario.

Disfruto viviendo entre los andamios,
y en el medio de las salas de máquinas,
observando los pensamientos,
y como se crean los sentimientos,
y por supuesto, conocer su funcionamiento.

Soy una larva de mariposa,
soy un gusano de seda,
soy una termita sin ojos,
y soy un parásito en cuerpos ajenos,
me convierto y me transformo en el buho de la noche,
busco y rebusco entre los hierros de la materia,
y alli donde vea una idea,
presto y veloz voy a por ella,
y con mis dientes de rata,
simplemente la devoro con el mordisco de la muerte.

Yo me quedo con almas ajenas,
las junto y las coleciono,
las archivo y las guardo,
y sólo por si acaso,
por si acaso llegado un momento,
tengo necesidad de alguna idea foránea,
en fin, soy un vampiro social,
y un chupasangres de sangre caliente,
un antisocial disfrazado de persona,
y un depredador de otras historias,
y soy un volcán en constante ebullición,
un volcán que nunca sabe como pararse.

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JULIO CORTÁZAR