A veces la vida es injusta o eso queremos pensar, que es injusta y lo es
cuando las cosas no te salen. Pero hay una parte de verdad en ésta
expresión tan cotidiana, que a veces la ruleta rusa siempre te depara su
bala y eso es mala suerte o que estás gafado o a lo mejor es que
alguien ha hecho trampa, que todo puede ser. Hay personas gafes, hay
personas que se tiñen de mala suerte y su principal meta en su vida es
tratar de quitarse ese sambenito. Que lo consigan o no, depende de la
suerte y como ésta no le acompaña, serán gafes hasta su muerte.Pero sin caer en estados tan extremos, como son las gafes, hay situaciones que nos pasan a todos. Son las malas rachas o lo que es lo mismo, después de una vienen las siguientes, así en cascada o en efecto dominó. Como se dice, las cosas vienen dadas y rodadas y cuando no estás de cara, todo son palos en tú espalda. Y esto es verdad, que cuando llevas un palo en algo, a continuación, te vienen una ristra de ellos. No sé si será para probarte y haber como andas de defensas y si respondes y contraatacas. Son como simulacros de catástrofes, en que todo a tú alrededor se vuelve del revés y todo queda patas arriba. Yo creo que de vez en cuando, no viene mal el que te sacudan de arriba a abajo y que los bolsillos se te vacíen, es la única forma de renovarte. Tiene que haber saltos cualitativos en nuestras vidas o cambios radicales, porque en el día a día, te deslizas siempre por la misma senda y a veces, hay que cambiar de senda.
Lo malo es cuando te pillan en pelotas y entonces el primer palo ya te deja tieso y los demás, los que vienen, te hacen ser una pelota, de hostia en hostia y tiro porque me toca. Pero éstas rachas pasan y no sé ni el porqué ni el como, pero cuando estás a punto de explotar, va y cambia tú suerte. Por eso digo, que son pruebas calculadas por una mano invisible, que sabe llevarte al límite y cuando te ves en él, va y te hecha el anzuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario