Ya sólo queda un día para que empiece la fiesta de mi pueblo y la
verdad es que no me encuentro nada excitado, más bien lo contrario, me
noto apalancado y con ganas de estar tranquilo. Lo bueno de tener hijos,
es que entre otras cosas, no te dan opción de poder escoger, es fiesta y
para ellos lo es doblemente, y por tanto son fiestas al cuadrado y no
vas tú hacer de esquirol y amargarles la gran fiesta. Al fin y al cabo,
ellos, mis hijos se han criado aquí y ya llevan más tiempo viviendo
aquí, que en Cádiz. por tanto son mezcla andaluza-menorquina.Hoy es 23 de Julio y el ambiente prefesteiro va in crescendo. Se nota en que la gente está más alegre, y aún así no es mucho el desparrame de alegría, pero es algo y algo siempre es mejor que nada y se nota también, en que te saludan los que nunca te saludan. Otra cosa distinta, es que tú les devuelvas el saludo o que va a ser esto, hoy te saludo por ser fiesta y mañana no te saludo porque ya pasó la fiesta, pues una mierda para ellos, pues yo no te devuelvo el saludo ninguno de los dos días y que pasa. Para que andarme con gilipolleces y jurgos de niños. Pero ellos, los aborigenes del pueblo se lo toman así y es como si fuera una amnistía o indulto general y supongo que entre ellos y aunque sean enemigos ancestrales jugaran a saludarse en las fiestas, después ya pasan a gruñirse, como de costumbre.
No sé si aprovechar esto del indulto general y acercarme hasta la Policía Local, a ver si me indultan mis multas pendientes. Hoy ví y leí el calendario de fiestas y es infumable, es de esos calendarios sacrosantos donde ponen las fechas de las procesiones y si tienes fé a borbotones, te comes las procesiones sin ver que son una cutrada. Pues el calendario de fiestas de éste pueblo es igual, si tú crees y con una fé infinita en la fiesta, pues seguro que serán la hostia y cada año será mejor que el otro y demás pamplinas. Quizá vaya al "Jaleo", que viene a ser otra procesión, pero con caballos y sus jinetes respectivos. los jinetes hacen alzar a los caballos de sus patas delanteras y en eso consiste la originalidad del asunto. Claro, que como siempre y en todas las fiestas, todo bien regado con abundantes licores y en éste caso con "pomada" (gin con limonada bien fría), los caballos serán diferentes y seguro que mucho más grandes y más lustrosos y se alzarán y casi tocarán el cielo y menos mal que estaba yo allí y te salvé del caballo y si bailamos y nos tomamos otra, y...y... y si hay suerte esta noche mojo (éste último pensamiento es de mis tiempos mozos).
Así que nada, yo me siento tan contento y tan campechano como el papa Francisco. Y yo, como él, soy amigo del pueblo y si el pueblo necesita divertirse que se divierta y si necesita rezar, pues que rece. A mi que más me da, con tal de que me dejen en paz. Yo necesito tener cerca el calor del pueblo y notar como hierve, pero cuando el pueblo empiece a supurara alcohol, prefiero estar muy lejos y que el pueblo arda sólo.
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