30 de Agosto y viernes. Creo que hoy van dos semanas de mis vacaciones medio frustradas y por tanto y sumando y restando y si hace falta multiplicando, sólo me queda una semana. Pero bueno es lo que hay y hasta ese momento, a exprimir el limonero del tiempo. Me quedan tres o cuatro días de camping con mi hijo pequeño, en una cala preciosa de esta isla, Cala Galdana, se llama. Quizá sea una cala tipo guiri, las hay más virgenes y tranquilas, pero no tienen campig y además ya estamos en Septiembre y el pescado está casi todo vendido y `la cala empieza a ser para los autóctonos, por tanto la cala para nosotros. Hoy toca preparar tienda, sacos, cañas de pesca y demás parafernalia campinguera. La comida queda para mañana y pasado mañana listos para la aventura.
Recuerdo el último viaje que hice con mi hijo pequeño y fue a Barcelona, tres o cuatro días maravillosos. Menuda paliza metí al chaval, mucho a pie y algo en metro y venga a andar y andar hasta que ya no podíamos. Como contraprestación al esfuerzo que hizo mi hiijo, me tocó llevarlo a Cornellá, en concreto a los campos donde entrena el Barça y mala suerte la nuestra, era un día de concentración de seleciones nacionales, con lo que no vimos a ningún jugador. Pero nos dió igual, es decir tampoco lloramos, sólo comimos donde pudimos y nos dirigimos la mar de contentos al Camp Nou, a ver copas y más copas y el estadio y los 20 neuros por cabeza, para semejante tontería. Pero como disfrutó el chaval, disfrutó como lo que es, como un niño y yo como soy otro niño, también disfruté, todo hay que decirlo. Después tocó dos tardes de cine y paseos y más paseos, y tantos paseos que aún recuerdo su cara de agotamiento. La mía no, pues ni tan siquiera se descomponía un poquito, de aquellas mi cuerpo funcionaba como una dinamo, cuanto más andaba más me recargaba. Y poco más, que no fueran desayunos, metros, comidas y por supuesto paseos, paseos y más paseos y así hasta la caer extenuados.

No hay comentarios:
Publicar un comentario