POLICÍA LOCAL, ¡QUÉ MIEDO! (Opinión)

Hoy es Miércoles 31 de Julio, último día de éste mes. Un mes sin pena ni gloria, con mucho curre y con el fracaso inmenso de mi primer alquiler. El curre fué fundamentalmente en casa, fuera de ella o sea en mi trabajo profesional la cosa aumentó, pero tampoco es para tanto. Pero después del temporal dicen que viene la calma y ahora estoy en ella, en la calma chicha. Aunque mañana ya toca poner las pilas, hay más curre pendiente, hay que dejar la casa fetén o dabuten (Ya apenas se usan éstas dos palabras y menos mal, ¡menuda horterada!. El día de hoy puede ser de todo, puede ser prometedor o ser un día abocado al fracaso, dios dirá no obstante.

                                Por lo demás sin novedades reseñables y en tal caso comentaros algo. Y digo que cada día que pasa me confirmo aún más en una de mis teorías y mira que he intentado aguantarme y mantener el silencio sepuscral, pero ya no puedo más. Parece que estoy predestinado a toparme de bruces día sí y día también con la Policía Local de cada pueblo de ésta Isla. E insisto y vaya por delante, que no hablo de todos sus miembros, pero por desgracia tampoco son tan pocos, vamos los suficientes para sacarme de quicio.

                               La displicencia y prepotencia que demuestran cuando se trata de asuntos banales y que en sí no tienen mucha importancia, pero ellos los complican y dejan el muerto a los demás. Son artistas en el arte del escaqueo y por supuesto maestros de la ineficacia. A la mínima ya se han ido del sitio donde se les ha reclamado y con el falaz argumento de que ese asunto es de la Policía Nacional o de la Guardia Civil. Y ellos no lo saben o no quieren saberlo, pero corren malos tiempos para los miembros de éste tipo de cuerpos locales, pues resulta que de tanto escaquear se van haciendo prescindibles.

                              El otro día leí una crónica de la situación griega y de las últimas decisiones de la Troika. No me acuerdo del número de despedidos funcionarios, pero eran miles y entre ellos y en primer lugar figuraban todos los Policías Locales de Grecia y sus funciones serían realizadas por el equivalente allí de la Policía Nacional o de la Guardia Civil. Y ésta noticia no me alegra en absoluto, nunca simpatizaré con los despidos y sobre todo si son motivados y causados por una mala gestión capitalista, ¡joder!, que la paguen ellos. Pero la Troika no es tonta y saben tocar los sectores o estamentos más prescindibles y ahí, es donde entra la Policía Local. La Policía Local fue perdiendo funciones y es más, ellos mismos no lucharon por conseguirlas, lucharon por seguir de rositas y vivían mejor así, cobrando más que nadie y rascándose cada vez más los huevos. Tampoco fueron muy duchos en ganarse las simpatías populares, más bien lo contrario, el trato era displicente y prepotente y nos cocieron a multas tontas durante mucho tiempo y eso era lo único que hicieron bien, poner multas a destajo. Durante la época de vacas gordas, los Policías Locales eran los señoritos entre todas las policías, ganaban mucho más que los demás y además hacían horas extras a espuertas.

                                   Su baile era aparte de los demás bailes, ellos seguín sus propios pasos, hasta que llegó un día en que se acabó el festín y vino la época de vacas flacas y los recortes hicieron su aparición y entonces casi desaparecieron sus horas extras y sus privilegios tocaron el suelo. Protestaron algo y lloraron mucho y de repente se volvieron solidarios, bueno buscaron que el personal se solidarizara con ellos y claro, recogieron lo que sembraron o sea cero patatero, ni dios se solidarizó con ellos.

                                  ¿Se lo ganaron a pulso?. pues supongo que sí, pues muchos de éstos señores (repito que no todos), eran prepotentes hasta la médula, chulos como ninguno, aparentes hasta en la forma de ponerse la gorra, maleducados y maliciosos como viles serpientes y descerebrados de cabeza hueca. Esos andares de perdonavidas, esas gafas de sol horteras de marca DG, esos músculos hormonados, ese cinturón cuelgalotodo y esa forma de hablar barriobajera, hacen un ente o ser muy caracteristico y que en resumen, los definiría como pedazos de carne con ojos y  gafas de sol de DG. Siguen el prototipo del policía Marbellí, la mafia Marbellesa (que no Marsellesa), la mafia policial que creó Gil en sus tiempos de vivo.

                                  Apoyar a éstos señores, es como querer que yo apoye a la mafia siciliana o napolitana y por ahí no paso. Si quieren tener mis simpatías, tendrán que ganárselas a pulso, mientras tanto a la Policía Local ya le pueden ir dando y si quedan unos cuantos tios legales dentro, ya va siendo hora de que empiecen a desmarcarse y digan lo que realmente piensan y empiecen a actuar de otra manera. ¡Coño! que parecen los pilotos de Iberia o los controladores aéreos, se creen imprescindibles.

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JULIO CORTÁZAR