¡HARTO!

       Hoy leyendo el periódico me entro una especio de vértigo o era un espacio dentro del vacío, no sé lo que era, pero era una especie de estancamiento mental o de cansancio metafísico. Como  se dice en andaluz, una jartura y en gallego una fartura o enchenta. O sea que estoy harto, jarto y farto y es que no puedo más con tanto dato que no diga nada, bueno decir dice, pero sólo hay que leerlo del revés. Esto viene a cuento, con el tema de las pensiones, pero podía ser cualquier otro tema y me refiero a la manera de anunciar que se van a tocar las pensiones y en cambio de decirlo así, como toca, pues nada se dice al revés, no se tocan pero sí que se tocan. Y eso es un doble esfuerzo, el leerlas de una manera y después volverlas a leer del revés, eso cansa y mucho.

                                         Claro que ya nos tienen acostumbrados, pues todas las medidas del Gobierno fueron anunciadas de la misma forma o sea no lo hacemos pero lo hacemos dos veces y encima de burros, apaleados. Yo creo que ésta fórmula política estratégicamente puede servir para una o dos veces, pero más de éstas veces, ya no es que canse, es que agota. Es como el Zapatero en sus tiempos y su palabrerío estúpido y ese optimismo desmesurado, aparte de su sonrisa boba o de papahostias, como se prefiera, cuando estaba claro que nos íbamos al garete o acaso ya no nos acordamos del Plan E, de que la crisis no era crisis y era una desestructuración simple y llana y que aún a éstas alturas yo no sé que es una desestructuración y seguro que ni él tampoco. O sea que esto de hablar del revés, no es sólo del PP, el PSOE fue un buen maestro en este tipo de demagogia.

                                        Y en concreto el PP ejerce éste tipo de lenguaje hasta la saciedad. Las pensiones no bajan, pero ya no se adaptan al IPC anual y te enredan en términos economicistas que ni ellos mismos entienden y para que al final el resultado sea, que bajan las pensiones. ¡Joder!, no hay derecho, éste tipo de estafa debía estar castigada y con penas de cárcel. Pero si se van a librar del tema de Bárcenas los unos y los otros del tema ERES, vosotros creéis que van a ser condenados por éste asunto tan banal para ellos. O esto cambia de reglas y nosotros entramos en el juego de controlar el tinglado o de cada vez se nos escapa más y más de las manos. El que avisa, no es traidor. Y ellos no avisan, ellos sólo nos joden.

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JULIO CORTÁZAR