LA TORTÍCOLIS

Hoy día 04 de septiembre y sigo de acampada y ahora voy a saborear un rico café con leche. Se presentan malos presagios sobre la continuidad de la acampada, mi hijo se despertó con Tortícolis y presiento que se va a poner de baja. Por lo pronto ya se ha quedado en la tienda y eso da mala pinta. Sin él yo no tengo sentido, vamos que no tiene sentido seguir de acampada, yo estoy feliz y bien, si él lo está previamente o sea que su baja es también la mía.

Por lo demás sobamos como lindos cerditos, pero con las incomodidades típicas de dormir en una tienda. Nos costó dormir por el calor que hacía y después que el cuerpo de uno que no está para estos trotes, ya empiezo a notar las primeras escaramuzas en mi desvencijado cuerpo, ya de por sí tocado, pues la culada sigue doliendo y ahora se añade los primeros síntomas del lumbago. Hombre lo lógico a estas edades y pensar que yo me iba a venir sin colchoneta, y dispuesto para dormir a pelo y directamente sobre el suelo, entonces tendrían que sacarme con grúa de la tienda. Bueno, si fuera por mi aún tiraba un poco más del hilo y ahora acaba de llegar Miguel y me dice convencido que la Torticolis se le curará el 24 de Enero, no le queda tiempo ni ná. Haber si el ibuprofeno lo pone de nuevo en forma y sigue irradiando como siempre irradia y es que es una verdadera pasada, ya tiene en el bote a todos los camareros y al socorrista de la piscina y todo en un día y medio. No es su record, pues él es especialista en ganarse a la gente, con decir guapo o guapa ya desnuda a las personas. Después pasa que de cada sitio que entra sale con algo regalado, un detalle, pero suficiente para poner celosos a sus hermanos y además el se encarga de pasarselo delante de sus narices, vamos para provocarles un poco.
Bueno ya veremos en que queda el tema de la Acampada. Ya os contaré.

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JULIO CORTÁZAR