Y SIGUE LA RULETA RUSA

        
Y es que todo se conjura en nuestra contra y ahora resulta que perdimos o nos mangaron la bolsa de la comida. En principio pensaba más en la posible mangancia y ahora voy siendo más realista y pienso más en que la bolsa la hemos perdido o mejor dicho dejado en un sitio y claro alguien vió que la bolsa no se movía y pudieron pasar dos cosas: que vieran que eran alimentos y se los ramplaron o no vieron nada y pensaron que era una bolsa de basura y entonces simplemente la tiraron. El caso es que todo se complica y todo nos empuja a que nos larguemos. ¡Qué pena!, pero no puedo ni quiero comer a golpe de cafetería. Así que disfrutaremos de nuestros últimos momentos y ahora, mientras Miguel se baña en la piscina, yo escribo acompañado de un rico café.

                 Es curioso pero ahora tiendo a ser mal pensado y es verdad que estaba convencido que nos habían mangado y todo porque estoy susceptible con la gente. Hay cosas que a veces te hacen tambalearte y cuando dudas, desconfías. Es ley de vida, es instinto puro y duro, es el que algo te ha dejado tocado, pero mientras sea sólo eso, desconfianza a lo que te rodea, aún menos mal, pues indica que ya estás a flote y sólo necesitas un poco más de tiempo para estar de nuevo a tope. Además que desde hace 4 días, hoy es mi primer día en que no me levanté pensando en lo mismo, en el palo que me había llevado y eso es un índice claro de mejoría, de que se va superando y que otras cosas van entrando en el juego de cada día. La cicatriz queda, pues las cicatrices son para eso, son para que nunca lo olvides y cada vez que pases tú mano por el fondo de tu alma, te encuentres con esa cicatriz que ha quedado.Son cicatricies después de las batallas, que si ganas te dan fortaleza y su pierdes te aumentan la tristeza y el tema en que yo me encuentro, es en saber si he ganado o he perdido o si la cosa se quedó en tablas. Seguramente quedaría en tablas, pues en mi interior tengo ambas sensaciones: el sabor amargo de la derrota y el sabor dulce de la victoria. ¿Acaso será una cicatriz con dos orillas y las dos contradictorias?, puede que sea así, pues en el fondo casi nunca hay victorias o derrotas absolutas. Seguramente, sea así y ya me queda poco por saberlo.

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JULIO CORTÁZAR