LOS RASGOS

               
     Ahora me levanté a mear y me ví durante un rato al espejo y decidí que tengo que dejarme las patillas largas. No sé lo que hacer para endurecer mi cara, no sé si coger una navaja y hacerme una raja de lado a lado y en toda mi cara, mientras tanto he decidido dejarme las patillas largas. No sé pero esta cara de bueno, yo no puedo con ella, pues a mi me encantan las caras de malos, las caras duras y no digo caradura, eso ya es otra cosa, si no las caras con rasgos fuertes, de las que marcan carácter. Y digo cara de bueno, por no decir cara de papahostias o de gilipollas y a ver si me entendeis bien, no hablo de belleza o de caras más o menso bonitas, sino de rasgos endurecidos o rasgos blandos.

                                         Y eso es lo que me pasa, que mi cara ya no hay quien la cambie, pero ni con la edad coje un pequeño toque de dureza, por lo menos una sombra de maldad y de tío perverso. Mi cara con la edad va cogiendo más arrugas y ojeras, pero el fondo de la cara es el mismo, pero con ese tamiz de más envejecido y yo por desgracia, rezumo cara de buena persona. Y eso me toca y mucho las pelotas, pues enseguida la gente coje confianzas. Claro que las confianzas no le duran mucho, pues con dos palabras bien dichas, ya tienen que dar marcha atrás en sus confianzas. Pero a mí me gustaría no tener que hacer ni el mínimo esfuerzo para marcar mi territorio, me gustaría que con una sóla mirada, las personas dijeran: ¡'Cuidado, que este tío muerde!.

                           Aunque es verdad que a veces hay gente que me dice que tengo cara de tío serio. Bueno la seriedad es una cosa, que por cierto no me disgusta, pues la seriedad marca cierta distancia, pero sigue sin ser cara de malo. Porque para mí lo ideal sería eso, cara de malo, de duro, de serio y de perverso. De todo esto y al parecer sólo se me concede lo de serio y la verdad es que no llego a comprenderlo, que se me vea serio, si soy todo lo contrario y me paso el día riendo, pero desde luego no como un payaso, que algo tengo, me gusta más el humor tipo inglés, o sea el humor serio. Quizá por eso se me vea cara de serio. Quizá. Y lo de la raja en la cara lo seguiré valorando, tengo que analizar bien las fuerzas de tensión de mi musculatura facial, para que mi cara quede un poco mejor que la de la duquesa de Alba, por lo menos.

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JULIO CORTÁZAR