ENTRAÑABLE

De nuevo estamos a viernes y a día 11 de octubre. Ayer, fue el primer de día de otoño de verdad, de lluvia y frío y ya hubo que ponerse ropa de abrigo y cerrar la ventana mientras escribo o duermo. Queda poco para encender la estufa, me muero de ganas, pero ésta vez no caigo en encenderla prematuramente, como me ha pasado un montón de veces. Lo jodido de verdad es que ya queda menos para el ajuste horario, ese que nos quita una hora más del día y teniendo en cuenta que aquí, en Menorca, es el primer sitio de España en que el sol se despierta, pero que también pasa lo contrario, es el primer sitio por donde el sol se acuesta. Y no es moco de pavo la diferencia, pues el sol sale y se acuesta 1 hora antes aquí, que en Cádiz o en Galicia.

                                         Con lo que en Noviembre el día desaparece a las 5 de la tarde. Y uno intenta acostumbrarse, pero no siempre lo consigue y me pasa muchas veces que pienso que ya es hora de cenar y resulta que es la hora de merendar. Son esas horas nocturnas, donde la estufa de leña cumple su mejor función, dar calor ambiental y hacerme una buena y entrañable compañía. Por lo demás el otoño es una estación que me encanta, el sol ya no quema, simplemente acaricia, la luz otoñal es especial, es ténue y cálida, la lluvia es refrescante , los colores otoñales, son colores tamizados y todo esto invita a darte la vuelta a tí mismo y pensar y proyectar y analizar, en fin, todo invita a quedarte sólo ante tú propia imagen. Son momentos entrañables, esa es la palabra, entrañable, no hay  otra que defina mejor éste estación: ¡¡ENTRAÑABLE!!.

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JULIO CORTÁZAR