PALABRAS VACÍAS

                      Sí, díme que quieres cariño. Hasta luego, cariño. Sí, cariño hasta mañana. Y de inmediato cuelga el móvil. Y mira a su alrededor ufano y triunfante, ¡él se siente enamorado!. Los que le escuchan, son sus compañeros de trabajo y lo conocen de hace muchos años. No les cuadra oír "cariño" en la boca de un ser un tanto repulsivo, por no decir del todo. Pero el amor hace estragos, piensan para sus adentros, como compensando su primer pensamiento, el que es un ser repulsivo. Pero en realidad era así, era autoritario y mala persona y ahora ¿qué es?. Es como dice ser o como aparenta ser, suave y cariñoso y hasta cierto punto empalagoso, ya que el sobreuso o abuso de la palabra cariño, es como comerse entera una bandeja de pasteles.

                                   Estas preguntas quedaron flotando en el aire húmedo de aquél día de invierno. Más adelante y en otro día de invierno, sólo que éste era un día más soleado, los oídos de sus acompañantes, volvieron a oír la palabra "cariño"
que salía de su boca y igual que la otra vez, repetida hasta cien veces. Y surgió la misma pregunta ¿Como éste tío puede hablar de cariño?. Pero ésta vez introdujo la palabra "Amor" y entonces sí que saltaron todas las alarmas. Amor y cariño y dicho por un bicho. Claro que a la vez siguiente, se repitió la misma escena, pero añadiéndole "un te quiero"....

                          Entonces comprendí, que las palabras qiue manifiestan sentimientos, se pueden usar de forma supérflua y coloquial y no a la fuerza tienen que significar, lo que realmente significan o por lo menos lo que significan para muchos de nosotros. Pues por el simple hecho de que hay personas, que saben vaciar las palabras de su contenido y usarlas igual que se dice un Hola o un Adiós o un Hasta luego a alguien que te importa un pito, palabras que siempre se las lleva el viento o la brisa del mar, pero que siempre vuelven y son devueltas por el eco, pues para ellos son palabras huecas y sin peso. Sí, si hay especialistas en vaciar las palabras de su contenido y hay más de los que pensamos.

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JULIO CORTÁZAR