ASCETA Y LUCHA

        Hay personas que disfrutan luchando. Hay otras que disfrutan aislándose y su lucha es más personal. Hay también otras, que disfrutan de las dos formas. Y por supuesto, los hay que no disfrutan con ninguna. Yo siendo sincero disfruto luchando, pero también disfruto aislándome, pues necesito estar sólo a ratos o a muchos ratos. Y es más, yo en principio disfruto más aislándome, lo que pasa que la sangre mi hierve a veces y cuando veo y observo cosas injustas, la rabia empieza a recorrer mis  venas.

                              O sea, que yo en principio quiero la tranquilidad que da la soledad y disfruto como un loco con ello, pero como no vivo dentro de una burbuja y menos dentro de una burbuja inmobiliaria, cuando leo o veo algo que no me gusta, rompo mi burbuja y me pongo mi traje de luchador. Sino fuera por esto, estoy seguro, que el 90% de mi vida sería en plan asceta, sólo y con mi portátil y mi paquete de tabaco, bueno y en invierno, con mi estufa de leña. Y no es que no necesite a los demás, pero ahora mi actual tendencia es a encontrarme y querer estar sólo y por tanto a los demás los siento como actores secundarios.

               Y no por ser los demás actores secundarios, no digo que no sean importantes, claro que lo son, yo sólo quiero destacar las características de mi momento. Pues tengo claro que tarde o temprano, tendré que abrirme más a los demás o eso creo. Claro que mi forma de diálogo es a través del escribir, pero en realidad no es un diálogo, es un monólogo del yo me lo guiso y yo me lo como, vamos que soy un Juan Palomo de la vida y un Quijote que lucha desde su soledad contra los molinos de viento que van apareciendo. Bueno me gusta aislarme, pero también me entusiasma la lucha y de la manera que sea, colectiva, individual, escrita, hablada o sentada.

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JULIO CORTÁZAR