Y hoy es martes y acabo de llegar de una larga guardia, mal día en cuanto al tiempo, fuerte viento de Tramontana. Creo que nunca me mareé tan fuerte como ayer, pues aún hoy tengo las secuelas, tengo revolucionadas las tripas. Pero ayer menudo viaje desde el otro extremo de la Isla, la ambulancia se movía de lado a lado, zarandeaba por rachas de 100 km. y yo pálido y sudando a chorro y conteniendo como podía el vómito y para más inri llevando a un psiquiátrico agresivo al que la única manera de tranquilizarlo era hablándole y yo con ese mareo de muerte y el tío venga a preguntarme cosas y yo conteniendo el vómito, con lo que no podía ni contestarle y claro, el tío se alteraba más y más y empezaba a dar botes y con esa mirada de loco o de furia o de las dos cosas.
Yo pensando en contener mi mareo y al mismo tiempo en ponerle un buen chute para que se callara para siempre y me dejara de una puta vez en paz, pero no podía ni levantarme y esto seguro que me pasará, pensaba para mis adentros y el tío insistiendo con sus preguntas y se iba cabreando más, hasta que cerca de llegar al Hospital ya empezó con las amenazas, yo voy a matar a alguien, decía y yo pensando que mi única defensa en ese momento, era lanzarle un vómito en escopetazo y directamente a la cara.No hizo falta ponerle nada, pues llegamos a lo justo y yo salí corriendo al baño a echar la bilis por los ojos. Después ya quedé tocado el resto de la guardia y aún tuve que hacer el mismo recorrido cuatro veces más y a cada vez, creo que moría un poquito más. Y ahora estoy vivo pero sumamente delicado, estoy como el que se marea en un barco y acaba de tocar tierra. Vamos que estoy patoso, espeso y como un pato mareado.
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