Si hay alguien que se molesta,con lo que yo digo o hago o escribo,
ya sabe donde está la puerta,
la puerta de salida,
pues la de entrada ya está cerrada.
Si de verdad alguien quiere decirme algo,
que se planté y me lo espete en mi cara,
asi mediremos la mirada,
y calcularemos los destrozos del uno en el otro.
Yo, ya no tengo miedo a nada ni a nadie,
antes temblaba ante cualquier desafío,
y ahora, no tiemblo, ni dudo, ni retrocedo,
es más, ante los desafíos, me crezco.
Y no es un farol,
ni pretendo asustar a nadie,
es lo que siento y por eso lo digo,
y os juro, que no voy de sobrado,
yo simplemente aviso y advierto:
el que se ponga por delante,
y pretenda echarme un pulso,
que tenga cuidado y que lo tenga mucho,
pues yo llevo dos dagas en mi mirada,
y sin pensarlo ni un sólo instante,
las lanzaré contra su punto más descubierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario