Hoy es martes día 12 de Noviembre y en ésta Isla el viento sigue batiendo, un poco menos que ayer, pero sigue siendo fuerte. Acabo de leer el periódico local en el que venía una entrevista a una psiquiatra y la tía afirmaba que no es el viento el que crea alteraciones de carácter o psiquiátricas, decía ella. Según su versión de los hechos, era el aislamiento de pueblos pequeños, sumado a vivir dentro de una minúscula Isla o sea aislamiento al cuadrado. Para mi las dos cosas actúan y se entrelazan, pero sigo erre que erre, en el aspecto de que el viento hace brotar a la gente y que el doble aislamiento que aquí se sufre, es un buen caldo de cultivo o sea éste último, sirve de abono, para que el viento siembre la semilla de los brotes. De todas formas es igual, tanto monta, monta tanto.
La salida que planteaba como posible solución no era mala, pues ya que en el viento no podemos influir, aparte de que la principal función del viento es la de limpieza de ideas o de ventilación de las azoteas y por tanto necesario como el agua de mayo. Pues eso decía que había que salir del aislamiento mejorando la cultura: leyendo, viajando y en general mejorando el nivel cultural de la población. Bueno es la salida siempre recurrente, pero no por ello menos cierta. Y digo recurrente, pues se utiliza para todo o sea como solución universal a cuando el personal se encuentra atascado con algo.Y también es recurrente, porque en realidad después no se cumple, es la eterna tarea pendiente, pues cambiar la cultura de la gente y hacerla más abierta, es tarea de hormiguitas, poquito a poquito y con sumo cuidado y sin levantar ampollas, ni hacer cambios bruscos. Pero bueno, yo eso se lo dejo a quien tenga ganas de hacerlo, yo no tengo ninguna, reconozco que estoy más quemado en éste aspecto que la pipa de un indio, yo sigo mi camino y al paso que yo quiero, la paciencia hacia estos temas, hace tiempo que levantó la bandera blanca.
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