Podía aquí contaros mi vida, pero no quiero. Podía, podía y podía porque éste es mi blog, mi blog bendito, pero no es esa mi función, mi función es contar lo que me da la gana pero con ciertas trabas, aunque a veces tengo esa tentación, pero mi instinto me dice que no. Hay que conservar algo de misterio, aunque cuentes algunas cosas pero no todas, sino la magia se va al carajo.Y eso que a veces me encantaría y repito más me encantaría decirlo y por eso lo digo y que ahora estoy empezando a estar calentito y gracias al fuego de mi estufa de leña y además que acabo de estar un rato viendo su influjo de bruja o sea viendo su fuego a través de ese cristal mágico que tiene con forma de pantalla. Bueno ya lo he dicho y ahora voy a intentar cumplir lo que he dicho anteriormente, el no hablar de mis cosas íntimas y personales ( lo acepto porque lo dicen las estadísticas, pero eso no quiere decir que lo comparta).
Ahora me vino a la cabeza el tema del frío. Pues ahora tenía frío, pero frío porque realmente lo hace y me vinieron y por un momento otros recuerdos de otro frío muy intenso, de otro frío que me contaron y que alguna vez viví y que tenía que ver con el frío que producen las drogas. Ese frío intenso e inhumano que produce su falta o su mono, Y ya sea el alcohol, el caballo o la coca, pues en principio todas producen vasodilatación periférica y por tanto y en principio dan calor corporal, pero que a medida que baja su influjo, van produciendo vasoconstricción y por tanto, frío y al parecer frío polar.Es curioso observar como un tío que acaba de ponerse un chute de caballo por ejemplo, se pone casi en pelotas y en medio de una temperatura ambiente gélida y como al día siguiente el mismo tío, se envuelve en veinte edredones y aún así se muere de frío igual. El frío de un drogadicto es un frío muy distinto, pues es un frío que dicen que se siente por dentro de los tuétanos y que por desgracia sólo se alivia, con otro chute o con otro trago. La procesión va por dentro y nunca mejor dicho y más para el caso que acabo de poner de ejemplo. Bueno, pues como mi frío no era por nada extracorpóreo o sea porque me haya tomado o chutado algo, pues acaba de aliviarse con mi dulce chimenea o estufa de leña y ya estoy como nuevo.
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