EL ESPEJO

                Y hoy siento el dolor profundo del mal y no sé porqué siempre es así y cuando es algo malo se siente en profundidad y cuando es algo bueno, se siente o se percibe superficialmente. Cuando uno está bien y lo expresa como tal, suena a algo superficial y transitorio y los pensamientos de los demás van del tipo, de que ya se te pasará la tontería o que lo bueno es flor de un día. Y si con eso no llega, pues habrá algún capullo que hace verdaderos esfuerzos por joder tu momento y te apabulla con datos de siniestros o catástrofes o mira éste país y ves como los niños se mueren de hambre, lo ves y te insisten hasta que entienden que te han vencido y ya de nuevo vuelves a estar jodido.
              Y en cambio si estás mal, primero que no lo pregonas, salvo claro está, los que van de larvas por la vida y que viven de eso, de llorar para ser reconocidos, pero los demás de a pie, no solemos ir contando nuestras penas a las primeras de cambio. Al revés nos solemos envolver más en nuestra concha y quizá sea por eso, que se note más la profundidad de las cosas malas, al aislarnos nos comemos más el coco y todo nos parece más trágico y siniestro. El que manifiesta tranquilamente y plácidamente su estado de bienestar, suele ser tachado de superficial y si me apuras hasta de descerebrado y en cambio el tío metido en sus adentros y con cara de pocos amigos, sueles ser tachado de lo contrario, ¡menudo tío más profundo!.

               Pero la vida  es así, es así de injusta y me viene a la cabeza lo injusta que es y lo digo porque a lo largo de mi vida yo tuve amigos que estaban buenos, buenos físicamente y algunos de ellos no eran precisamente seres muy sociables y por lo tanto parecían que iban mordiendo, pues nada había tías que le iba la marcha macabra y tu preguntándote como siendo tan desagradables, ellos rachaban con algunas o muchas tías y aún encima lo calificaban, ¡como un tío muy interesante!. Y no dejabas de preguntarte lo que era una realidad más que evidente, que si el tío fuera feo o poco atractivo, ¿seguiría siendo tan interesante?.

              No es que descubra nada nuevo y que ya no se sepa, que el tío feo tiene que ser simpático y sociable y amable y buena persona y que sepa escuchar y oír y hablar y bailar y cantar y todo esto si quiere comerse un rosco. El tío feo tiene obligación de buscarse otros posibles atractivos y eso es lógico, pues de entrada ya lo tiene más que difícil. Pero a lo que yo voy, es que un tío que está bueno, está bueno y punto, pero si es huraño, presumido y estúpido, lo que no entiendo es como lo calificaban  de tío muy interesante. Y esta es una verdad irrefutable, pues lo he comprobado un millón de veces y para que después las tías digan que los hombres somos superficiales, pues nada que también ellas se miren al espejo, que falta nos hace a todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR