Y que más puedo pedir, que más puedo pedir que estar en mi nave espacial y acompañado de música de los Beatles, que hacía tanto tiempo que no oía. Y yo en el mando de mi aeronave y veo al mundo a través de ésta pequeña y diminuta pantalla o ventana que tiene mi portátil. Pequeño pero matón, como diría el otro. Veo que uso muchas veces, lo de "como diría el otro" y el otro os lo voy a presentar, ¡mira que soy maleducado!, pues ese otro, es mi otro Yo. El malo, el perverso, el oculto, el que nunca da la cara, pero que siempre está y por cierto, es el que siempre gana, el que siempre gana a la bondad.Porque al final, el influjo de lo malo, es mucho mayor que el del bueno. El malo espera, espera a que el bueno diga una de sus cosas y como el bueno se va poniendo nervioso y todo por el silencio del malo y porque sabe que está al acecho, pues el bueno sigue hablando y ahí es donde empieza a cagarla, pues si en principio lo que decía tenía sentido, después y en plena verborrea dialéctica dice un montón de tonterías y empieza el empalague dulzón.
Y ahí empieza a asomar su cabeza el diablo o malo y comienza con una serie de preguntitas en plan cínico, que aún dejan al bueno más descolocado. Y cuando ya tiene al bueno calladito y atontado, va el malo y suelta su puyita o su alternativa maliciosa. Y tu que estás en el medio de la pelea y al final, te quedas con lo que te resulta más atractivo. Y eso no admite comparación, lo malicioso es mucho más atractivo que lo bondadoso. Por eso en lo malo siempre se disfruta y en cambio en lo bueno, nunca se sabe.Para disfrutar de lo malo, sólo tiene que aplicarte a ello y ¡zas! haces una maldad y ya estás disfrutanto y como un loco. Y para llegar a lo bueno, lo primero es que tienes que tener claro que eso es bueno y eso significa comerte el coco y si decides que sí, que eso es bueno, después tienes que volver a comertelo, pues para llegar a lo bueno no se llega de repente, siempre tienes que dar unos pasos previos.
El diablo está en cada sitio y para que él te haga caso, sólo tienes que hacer alguna maldad. En cambio para llegar a dios y te haga caso, tienes que ir a misa, tienes que confesarte y comulgar, tienes que hacer penitencia y portarte bien y eso tampoco te asegura que dios te vaya a oír y menos hacerte caso. Y entonces, ¿con cuál te vas a quedar?.
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