UN VIAJE

Hoy daría mi mano, la derecha, la izquierda no, que soy zurdo y zurdo contrariado o eso era como me definía la profesora de Biología en el Instituto y simplemente porque soy zurdo y me obligaron a hostia limpia a escribir con la derecha. Bueno pues ya me perdí e iba de que daría un brazo por conseguir darme un viaje, pero viaje de viajar en avión y esas cosas y no un viaje de drogas. Y no porque no me gusten las drogas, las drogas en otros tiempos me gustaron demasiado y ahora, y ahora a las  drogas que les den, pues mis drogas preferidas ahora son la adrenalina y las endorfinas y esas drogas la segrega mi cuerpo esbelto y sólo hay que saber como estimularlas.

Y por eso sé que necesito un viaje, un viaje me pondría hasta las cejas de adrenalina y endorfinas. Y un viaje donde no conozca a nadie y no como en ésta isla que si te echas un pedo, mañana sale en el periódico y en la portada. Como era, un viaje sin GPS, y sólo andar una ciudad, mejor dicho una gran ciudad y sin guía turística y sin mapa. O sea patear una ciudad, igual que pateé Barcelona y de arriba a abajo y por los cuatro costados, pero de eso hace, más de año y medio.

Barcelona se me quedó pequeña, en tres días ya me la había comido entera. Supongo que habría esquinas y placitas que se escaparon a mi vista de águila, pero puedo asegurar que no pudieron quedar muchas, algunas y muy recónditas y escondidas. Qué tiempos aquellos donde llevaba puesto un turbo superatómico. Pero bueno ahora estamos aquí y en éste momento y el turbo está más calmado y sosegado, pero sigue encendido y a la espera del despegue.

Quizá en Febrero o quizá en Marzo y quizá cuanto antes y entonces hablo de Febrero y así me lo pongo como meta. Ya sabemos que una meta es un sueño que se concreta y cuanto más próxima se vea, más cosquillas o burbujas te produce. Y no me importaría y para nada volver a pasear por Barcelona, es la gran ciudad que tengo más cercana, aparte que me encanta y me encantó de siempre. Aparte que para mí Barcelona tiene una simbología propia, pues y por dos veces, fue el sitio donde de nuevo empecé a desplegar mis alas y volví a sentirme otra vez persona. Bueno y por otras cosas de igual importancia, que ahora no voy a contar, sino ¿qué me quedaría por contar?.