LA DICTADURA DE LO SANO

Acabo de levantar mi orondo y precioso culo del asiento y para ir ¿a qué?, pues para qué va a ser, para ir a por asqueroso tabaco. Llevaba una hora de abstinencia y a cada minuto salivaba más nicotina, era como fumar a la inversa. Bueno el caso es que nada me movía del sitio y estaba encantado escribiendo y lo único que me hizo poner en pie fue ese pensamiento, ese pensamiento lleno de humo. Y al meter la pasta en la máquina pensé que yo pago más que los demás y para cubrir los gastos de los políticos que roban, que en éste país son legión. Pues me dí cuenta que de 4,60 euros que me cuesta el paquete, 4 deben ir para Hacienda y el resto para el bolsillo de las Tabacaleras.

Y claro que sé que alguien me dirá: "los vicios se pagan". Y es verdad, pero los vicios los deben pagar todos. Porque fumar sí es un puto vicio, pero también lo es comprarse un Todoterreno de lujo y aún encima ir a contaminar el monte con su puto coche de lujo, aparte de la contaminación acústica, pues cuando te sueltan al monte lo último que te apetece, es oír el motor de un coche. Y por no hablar de las puñeteras motos de motocross. Vamos a ver sé tiene que ser consecuente y por tanto toca un impuesto especial para estos desalmados y palurdos de mierda.

Y los que los domingos y en familia van a comer fuera  y que suele ser cerca de una linda y apacible playa. Pues nada que van desde los abuelos hasta los nietos y pasando por los hijos, cuñados y hasta el perro. Y tú te has planificado un día tranquilo de reposo playero y después de comer llega la avalancha familiar. Y primero el perro que no para de ladrar, después los niños que no paran de chillar, después el resto que van medio puestos y hablan por los codos y como uno de los abuelos ya está sordo, pues que hablan a gritos. Y todo por ahorrarse el puto aparato auditivo del abuelo. Pues lo primero una multa por contaminación acústica y después otra, por maltrato al abuelo anciano.

Últimamente los carriles y caminos más angostos y difíciles, se llenan de personal corriendo a destajo. Y primero que están consumiendo más oxígeno que los demás, pues ¡impuesto especial! y segundo, que ya no hay paz en esos caminos de dios y sino lo hay en sitios como estos, entonces ¿donde hay paz?. Pues por dar el coñazo al personal que intenta reflexionar sobre lo divino y lo humano, pues venga otro impuesto especial. Y sino de vez en cuando, también te abordan los de las bicis de montaña y como explicarle a estos señores que en éste Isla no hay montaña y que solo hay colinas. Pues eso que por pasearse en bicis de montaña por sitios de suaves colinas, otro impuesto especial.

Yo soy un colgado del tabaco y por ello lo pago muy caro. Pues todos estos colgados que he mencionado, que también paguen a tocateja. Ya está bien del que el tabaco es perjudicial y en cambio las demás actividades son sanas. Pues yo fumo y me atengo a las consecuencias de fumar y no jodo a nadie, más bien ya he pagado de sobra mi tratamiento de lo que sea, desde una bronquitis hasta un cáncer de pulmón. Y en cambio el resto de estos señores que andan sueltos por los caminos, pues que primero que molestan más que las abejas, y segundo que de tanto esfuerzo sobrehumano más tarde se joden y bien jodidos y ¿quién les paga sus putas lesiones?, pues los demás viandantes y ciudadanos.

Cada uno se cuelga de lo que quiere, pero que también que cada uno asuma sus consecuencias, que yo no me creo que tíos que no hicieron deporte en toda su vida, se pongan de repente a correr maratones y que eso no traiga consecuencias. Ya veis que sociales si las traen y después vendrán las personales, pero esas no se cuentan porque entran dentro de la lógica de esa mentalidad tan sana, que es destrozarse corriendo y durante 40 kilómetros o más. Ahora estamos en la "dictadura de lo sano" y lo sano va a misa y lo demás es solo mierda, pero mierda, como yo, que tiene que pagar los impuestos de unos y de los otros. ¡He dicho!.


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JULIO CORTÁZAR