UN DÍA TE QUISE SIEMPRE (Poema)



Yo que un día te quise siempre,

me encontré de repente,

que te quise sólo un día.

Y ese día, te quise tanto,

que mi mandíbula sigue cerrada a cal y canto,

y eso me pasa, 

por apretarla  tanto.

Aún tengo el sello de tus dientes,

en mis labios ardientes,

y lo llevo como una marca y enseña,

y para que ese día nunca, nunca,

nunca lo olvide.

Te quise tanto,

que me caí de bruces en el suelo,

y de rodillas caminé extenuado,

y caminé tanto y tanto,

que hasta me olvidé lo que estaba buscando.

Te quise con tanta pasión y entrega,

que creo que me vacié entero,

y allí, en aquel cuarto,

es donde se quedó mi alma atrapada,

y se quedó atrapada entre tus garras.

Ahora,

arrastro mi cuerpo por las esquinas,

y busco un lugar limpio y seguro,

para así curar las heridas con mi saliva.

Ahora,

 intento vaciarme de sentimientos y recuerdos,

y de liberarme de las ataduras de tus caricias,

y de romper las cadenas de nuestros sueños.

Por dentro, me duele el alma,

noto como se descose,

y oigo sus gritos de auxilio  y de socorro.

Me duele el alma, es verdad,

pero me duele tanto,

que ahora ya no siento nada,

sólo tengo la mano del vacío en mi mano,

y me queda el consuelo de pensar,

que yo un día te quise siempre...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR