Puede que haya imágenes que valgan más de mil palabras, puede. Y al revés también vale, una sola palabra puede valer más que mil imágenes y a veces no hay palabras ni imágenes que expliquen un hecho. Yo no puedo, por ejemplo, explicar con palabras un genocidio y con una fotografía bien tomada y en el momento que toca, se puede explicar quizá parcialmente, pero creo que no totalmente. No hay palabras, no hay imágenes, no hay nada que explique semejante aberración humana.El poder de la imagen es importante, pero creo que a veces está sobrevalorada. Hoy vivimos en el mundo de las imágenes y su impacto visual y mental es alucinante. Vamos perdiendo el poder de la palabra, la radio se escucha menos que antes y ya no se buscan resquicios entre las frases y menos a lo largo de un discurso y todo porque no queremos ni sabemos escuchar críticamente. Y el poder de la imagen la hemos trasladado a nuestra vestimenta de cada día. Como dice ese anuncio que tanto repiten por la tele, la ropa que llevamos es nuestra bandera y es lo que reflejo de nuestra identidad.
¡Manda carallo!, con la ropa. Claro que el anuncio al final se descubre y lo que quiere es vendernos es un detergente en concreto. Pero por mucho que no queramos hay mucho de real en el anuncio, porque analizamos a las personas también por su ropa. Y no porque esté sucia, que tendría su parte de lógica, sino en como viste y si usa marcas pijas o no o en como combina colores y hasta si la ropa está muy desgastada. Lo usamos como parte de los criterios en que nos basamos para valorar a una persona determinada.
Claro que hay personas en que destaca su mal gusto o su descuido por la ropa. También hay algunos que su especialidad consiste en disfrazarse de ricos o de pobres o de progres o de pijos y ellos pretenden eso, que se les valore por las prendas que llevan. Pero no todo el mundo es así y hay legión de gente que solo se quiere vestir de lo que le gusta y con lo que se siente cómodo. Por ejemplo, yo no puedo llevar corbata, primero porque no me gusta, segundo,porque me resulta realmente incómodo. tercero, porque no sé para lo que sirve y cuarto, porque el 99% de las corbatas son horribles en sus colores y en su estampado.
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