Los pensamientos son susceptibles de poder ser comprimidos y a veces lo quieres comprimir tanto, que solo te sale las palabras, te quiero, te amo o te adoro y te compro un loro. En dos palabras eres capaz de comprimir un mar de sentimientos, ¡pues si que tiene mérito la cosa!. Claro que hay gente que te dice, te quiero, igual que podía decir, hoy tengo sed o hambre, es como si lo dijera por decir. No le da la importancia que debía tener el tema, te quiero igual que te podía odiar y escupirte a la cara.
Hay gente que quiere por prontos, ahora te quiero y después, no y tal como si estuviera deshojando una margarita, ahora sí, ahora no. Ahora eres mi amigo y ahora no. La gran virtud de éste tipo de gente, es que es clara y no disimula sus sentimientos, otra cosa muy distinta, es que tú estés dispuesto a aguantar tanto vaivén sentimental, porque en el fondo eso no lo soporta ni dios.
Hay gente que quiere por prontos, ahora te quiero y después, no y tal como si estuviera deshojando una margarita, ahora sí, ahora no. Ahora eres mi amigo y ahora no. La gran virtud de éste tipo de gente, es que es clara y no disimula sus sentimientos, otra cosa muy distinta, es que tú estés dispuesto a aguantar tanto vaivén sentimental, porque en el fondo eso no lo soporta ni dios.
Hay otros u otras que quieren por ciclos o sea por la mañana al despertar te quieren, pero en el desayuno, ya no y al mediodía sube de nuevo el amor, pero después de comer y en plena digestión, la cosa vuelve a decrecer y así todos los días del año, los mismos ciclos y a las mismas horas. Y entonces te acomodas a sus ciclos o simplemente vas de puto culo con éste tipo de personas. Después hay una variada fauna, hay quién te quiere por interés, hay quién te quiere porque tienes pasta o porque eres guapo e interesante o porque simplemente le transmites seguridad y tal como si fueras un puto pasma segurata.
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