ASÍ ES LA VIDA DE CONTRADICTORIA

Hoy he tardado en entrar en calor literario, que es una forma más de llamar a lo que escribo. Porque realmente de literatura ni flores, en tal caso se le puede llamar, el reflejo escrito de pequeños pensamientos. Vamos que yo soy el primero que sé, que no voy a vivir de esto y por eso no puedo descuidar mi trabajo real, que es el ejercer la medicina y bajo el juramento hipocrático. Bueno si medicina se le puede llamar a recoger desperdicios humanos y después tratar de recomponerlos y un trozo por aquí y otro trozo por allá y así hacer el puzzle.

De todas formas hay peores cosas, hay medicina de guerra y eso si que debe ser la hostia. O también la medicina que se realiza en los pueblos que se mueren de hambre y en estos sí que debe ser la rehostia, pues las miserias te golpean sin piedad la moral. Al fin y al cabo, yo tengo mi ambulancia y muy bien dotada y voy pululando como un jabato por las carreteras insulares. Y tengo un Hospital cerca y que si en éste Hospital no se puede resolver el problema, tengo un Avión puesto a mi entera
disposición.

O sea que de quejarme, un huevo. Pero bueno en realidad pocas veces me quejo y porque además tengo la gran suerte de que mi trabajo me gusta y por lo que en general puedo decir y con la boca llena, que disfruto con mi trabajo. Y eso es mucho más que mucho, es muchísimo. De ahí a sentirme el rey de la selva o como un salvavidas, hay un trecho muy grande, y es verdad, que a veces salvo vidas humanas, pero en otras ocasiones, me entran ganas de que se apruebe la pena de muerte. ¡Así es la vida de contradictoria!.

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JULIO CORTÁZAR