ME LAVO LAS MANOS

Y yo como Poncio Pilates, me lavo las manos y que le den por el culo al mundo. Porque hay momentos en que entran ganas de pasar, de pasar de todo y de que todo te resbale y porque los problemas se acumulan. Los problemas tienen esa cualidad, que se pegan unos a otros y hacen bolas de problemas. Y no es el Colesterol el que jode las arterias, son las putas bolas de problemas las que atascan y destruyen nuestras paredes vasculares. Te puedes comer entera una piara de cerdos engordados con pienso hormonado y todo es puta grasa abundante, pero si te dejan tranquilo y sosegado, no te morirás de un infarto.

Ahora como sea al revés y te alimentes como un sibarita refinado y todo sin grasa, ni aditivos, como te bombardeen a base de problemas, tienes el infarto asegurado. Un infarto o un Ictus de película, de esos que te dejan tetrapléjico y como premio te dan una bonita silla de ruedas. Si porque todo lo malo tiene después su premio y si eres ciego, ciego, te regalan una preciosas gafas de sol y eres sordo, te invitan a un concierto de música divina y si eres mudo, pues muy sencillo, si eres mudo te darán por el culo y así no forzarán más tu garganta o tus cuerdas vocales.

Yo me lavo las manos y el sobaco y los huevos todos los días del año y en eso soy así de limpio y de refinado. Y lo digo porque hay mucho guarro suelto, al que le canta el alerón o el aliento y prefiero no saber a que le huele el culo o los huevos condensados. Supongo que a gloria bendita y puede ser que esos olores sean la verdadera esencia de todos los olores, pero yo no caeré en esa tentación, yo en éste caso me pongo al margen.