DE PASO

Tenía planificada una mañana llena de proyectos pendientes y el resultado fue una mañana de mierda, no cumplí y para nada, con mis expectativas estelares. Salí cansado de la guardia y después de una buena ducha, caí de bruces en la cama y claro, me quedé dormido unas 3 horas. Después vino el electricista y dimos un repaso a la casa, enchufes, lámparas y demás metralla eléctrica y ya está, por último la compra de comida y por supuesto, hacer la comida y entre todo eso y a pequeños ratos, escribí un poco.

Ahora ya he comido y como siempre y como todos los días, son las 4 de la tarde. Me quedan apenas dos horas de luz del día y centrándome en el tema que toca, también tengo mis proyectos de tarde, pero van a ser más sencillos que de costumbre, pues me toca hacer los que no hice de mañana. Hasta las 5 puedo seguir escribiendo y esto y estoy seguro de ello, lo cumpliré a rajatabla. Disciplina tío, disciplina, que el tren de la vida pasa y que no te coja desprevenido.

A mi desprevenido no me coge, porque yo voy dos pueblos por delante del tren y el problema es al revés, que el tren de la vida me alcance. En el fondo creo, que ya pasé anteriormente por ésta vida y en una de mis numerosas resureciones anteriores y por tanto, en ésta vida nada me sorprende y lo que llama mi atención, me deja el sabor del deja vu o de lo ya vivido. Como se dice, en ésta vida yo estoy de paso, pero siempre tengo la sensación de que ya me ha pasado.

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JULIO CORTÁZAR