Me he quedado sin nada, sin fotos y eso se nota, sin amigos, sin charlatanes de cafetería, sin pasta gansa, y sin nadie que me quiera o que me ceda algo de cariño. Y es que el que no llora no mama y yo ante esa frase me quito el sombrero y digo: yo lloro a mares y a ver si me cae esa breba de que alguien me quiera. Pero no, la vida no es así de fácil y tienes que tener muchas cosas para tener un encanto. Porque vamos a ver, un tío como yo, añejo, resabido, arruinado, vicioso y asqueroso, requetesabidillo y un tanto pedante, ¿a quién le puede gustar?.
A mi desde luego, no. A un sordo puede, a un ciego, a un leproso, a una larva, puede que yo le guste, pero a un ser humano que tiene su orgullo y su gusto, lo más seguro, es que no. Un baboso como yo, tiene su lugar en el subsuelo y al lado de los gusanos y lombrices. Lo siento pero es que a veces me gusta flagelarme y es entonces cuando me pongo así de duro. Porque puestos a castigarme, ¿qué merezco yo? y con esa sola pregunta, yo me derrumbo como un castillo de naipes.
Por tanto y concluyo, cada uno tiene lo que se merece y lo que se ha ganado a pulso. y yo precisamente no me he ganado el cielo, me he ganado mi actual estado: deprimido, vilipendiado, insultado, maltratado por mi mismo y asqueado de haber nacido. Como dije antes me encanta hacerme la víctima y todo por si un alma caritativa se compadece de mi y me acoge en su seno o mejor dicho, entre sus senos y entonces empieza de nuevo la fiesta...
A mi desde luego, no. A un sordo puede, a un ciego, a un leproso, a una larva, puede que yo le guste, pero a un ser humano que tiene su orgullo y su gusto, lo más seguro, es que no. Un baboso como yo, tiene su lugar en el subsuelo y al lado de los gusanos y lombrices. Lo siento pero es que a veces me gusta flagelarme y es entonces cuando me pongo así de duro. Porque puestos a castigarme, ¿qué merezco yo? y con esa sola pregunta, yo me derrumbo como un castillo de naipes.
Por tanto y concluyo, cada uno tiene lo que se merece y lo que se ha ganado a pulso. y yo precisamente no me he ganado el cielo, me he ganado mi actual estado: deprimido, vilipendiado, insultado, maltratado por mi mismo y asqueado de haber nacido. Como dije antes me encanta hacerme la víctima y todo por si un alma caritativa se compadece de mi y me acoge en su seno o mejor dicho, entre sus senos y entonces empieza de nuevo la fiesta...

No hay comentarios:
Publicar un comentario