PREFIERO...

Ya pasan  de las 12 de la noche y ya es hora de tomarse el biberón, para a continuación, irse directamente al catre a sobar y a soñar con la angelitos. Y dado el como estoy hoy, a todos los angelitos les daré por su sacrosanto culito y el que no se deje y que me cierre el culo como una boca de piñón, que siempre hay alguno, que me haga una mamada celestial, de esas que hacen que te olvides de la amargura de tu existencia  en la Tierra. Tengo que reconocer que estoy guarrete y porque no son horas de hablar de algunos temas.

A  éstas horas debía estar rezando de rodillas a los pies de mi cama y pidiendo a dios que me perdone por tanto pensamiento pecaminoso. Pobres angelitos asexuados que no entienden nada de sexo humano, solo lo intuyen y por lo cual se ponen nerviosos y por eso mueven sus alitas como si fueran lindos pajaritos. A mi gustan más los demonios, todos rojos, con cuernos ramificados, con rabo y con caras de malos. Y eso mismo me pasa con las personas, que las prefiero malvadas, con sorna más que irónica y que no se corten de decir las cosas a la cara.

Prefiero la carne fresca que la carne requemeda. Prefiero el malo antes que el bueno. Prefiero..., prefiero una bofetada bien dada, que una medio bofetada y porque esa media quedará guardada. Prefiero la cruda verdad, que la mentira compasiva. Prefiero que nadie me toque los cojones, porque si me los toca yo se los arranco de cuajo. Prefiero un buen beso, que mil  falsos besos. En definitiva, prefiero que alguien me diga, te quiero y que me lo diga cien veces, pero eso sí, jurando sobre una biblia.

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JULIO CORTÁZAR