UN PUTO ACOJONADO

Dicen y dicen que en éste pueblo a la 1 de la mañana salen las brujas a pasear y como yo creo en ellas y en lo que me echen y además como ahora es la 1 de la mañana, pongo mis antenas en estado de alarma y me quedo al acecho. Porque a la 1 de la mañana en éste pueblo no queda ni el apuntador, todo dios está metido en su sobre, menos yo. Yo ya asumo que soy un tío raro para los demás, porque yo me veo muy normal y tan normal que hasta voy vestido como los demás. Llevo pantalón vaquero, llevo la camisa de fuerza, llevo calcetines de ejecutivo y llevo los calzoncillos todos guarros.

Como veis yo soy un tío normal. Y además cuando voy por la calle saludo correctamente a la gente y hasta intercambio cuatro palabras sin importancia, lo único malo que tengo yo, es que cuando me cruzo con un gilipollas, me pongo del revés y tengo que agarrarme a mi mismo, para no irle a la chepa y comerle su cerebro maligno. Pero por todo lo demás, soy uno más de la tribu, un indio más que baila alrededor de la hoguera, un cheroqui con mocasines de piel de búfalo, un pringado más que se queda sin pasta a medio mes y que tiene que recurrir a los usureros buitres.

Sí, tengo por el medio una gran hipoteca, un coche ya pagado pero un poco destartalado, tengo tres hijos que más que hijos parecen tres pirañas, tengo que ejercer de chamán de la tribu, tengo que hacer que curo lo incurable, tengo que dormir y no puedo, tengo que decir basta y que estoy hasta los cojones de tanta corruptela, tengo que decir que sí, cuando es que no, tengo mis obligaciones y deberes y pocas compensaciones y aún así...y aún así, no me quejo de nada. No me quejo, no por nada, no me quejo porque en definitiva, soy un puto acojonado.

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JULIO CORTÁZAR