CABEZAZOS

Si uno no se da de cabezazos contra el mismo muro, ¿como va a saber que hay detrás de ese muro?. Aunque también puede ocurrir que antes de que ese muro se derribe, se abra tu cabeza como un melón y se desparramen tus sesos por el suelo. Pero para que eso no ocurra, dios nos dotó de inteligencia y esa es la que nos dice, en que momentos hay que darse de cabezazos y en que momentos hay que tomarse un descanso o un kit kat en esa tarea tan inhumana.

Porque darse hostias contra un muro y sin conocer lo que hay detrás, es una tarea que a veces supera la capacidad humana y porque te faltan datos y porque de alguna manera es como luchar a ciegas. Y si no luchas, pues vas más jodido, porque sin luchar la vida se te reduce a un puñado de arena que se te escapa entre tus dedos y además después ya no tienes vuelta de hoja y lo que has dejado pasar, ya nunca volverá. O sea o vas de frente o tendrás que ir dos veces.

Y duelen, los cabezazos duelen y de que manera, pero más duele en el alma la ignorancia de no querer saber lo que hay detrás de ese muro. Y además que sería de nosotros sin tener la curiosidad de querer saber, seríamos como gusanos que se arrastran y que se arriesgan a ser pisados por cualquier bota. Por tanto, a darse de cabezazos y hasta que el muro reviente y así por fin, sepamos lo que hay al otro lado.Y sobre todo, ¡Ánimo! y a disfrutar de ese descubrimiento.

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JULIO CORTÁZAR