Estamos a día 3 de Diciembre y hoy debía ser mi santo, San Francisco Javier, patrono de los desamparados, como yo. Pero el problema que tengo es yo funciono con dos nombres, Javier de día y Bruno de noche y si antes ya me pasaba que no me acordaba de mi santo, ahora con dos nombres como que me resulta más difícil. Pero con el tema del escribir y hacer el ejercicio de memorizar el día en que estamos, me acordé que el día 3 de Diciembre me sonaba a algo y claro y pensando y pensando..., hubo un salto en mi mierda de memoria, y entonces saltó la liebre, ¡coño que es el día de mi santo!.
¡Felicidades Javier!, me dije todo educado y contento, pues por una vez en mi vida me acordé de mi santuario. La verdad es que el santo nunca lo celebré, no lo celebré ni cuando era pequeño y supongo que sería porque en mi casa no se celebraban los santos. Bueno y mejor dicho, casi no se celebraba nada y porque la fecha pasaba y porque en el fondo no importaba nada. Mi madre nunca decía la fecha de su cumple y además aunque lo dijera, mi madre jamás cumplía años, los descumplía y cada año era un poquito más joven y tanto se pasó que al final, casi acabó siendo una niña.
Y parece que no, pero éstas cosas se contagian y no digo lo de descumplir los años, digo el acordarse de las fechas de cumpleaños y santos. Porque yo no descumplo, yo cumplo los años y con sumo orgullo, me siento orgulloso de ser un señor mayor y todo digno. Eso es, ¡con dignidad!, con dignidad cumplo años y con dignidad doy otro paso más en mi vida y hoy he dado uno pequeñito, me he acordado que hoy era mi santo.
¡Felicidades Javier!, me dije todo educado y contento, pues por una vez en mi vida me acordé de mi santuario. La verdad es que el santo nunca lo celebré, no lo celebré ni cuando era pequeño y supongo que sería porque en mi casa no se celebraban los santos. Bueno y mejor dicho, casi no se celebraba nada y porque la fecha pasaba y porque en el fondo no importaba nada. Mi madre nunca decía la fecha de su cumple y además aunque lo dijera, mi madre jamás cumplía años, los descumplía y cada año era un poquito más joven y tanto se pasó que al final, casi acabó siendo una niña.Y parece que no, pero éstas cosas se contagian y no digo lo de descumplir los años, digo el acordarse de las fechas de cumpleaños y santos. Porque yo no descumplo, yo cumplo los años y con sumo orgullo, me siento orgulloso de ser un señor mayor y todo digno. Eso es, ¡con dignidad!, con dignidad cumplo años y con dignidad doy otro paso más en mi vida y hoy he dado uno pequeñito, me he acordado que hoy era mi santo.
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