MAÑANA

Y remonté, remonté mi audiencia y yo pensando que me había equivocado de oficio y  ya estaba haciendo planes para montar un chiringuito de objetos perdidos en la playa más cercana y que yo sería el primer objeto que tendría que vender. Pura chatarra oxidada, olvidada y corroída por las sales del mar. Pero no señor, ahora ya no me tengo que autocompadecer, ya no tengo excusa para dejarme caer en los brazos de una mujer.

Ahora, el río ha vuelto a su cauce y yo puedo descansar como un triunfante gladiador después de escribir en un día rayante con la incomodidad. Pues gran parte del día me sentí incómodo y molesto y aunque acudí a la bruja de la esquina, no supo echarme las cartas, ni leerme las manos, ni adivinar mi porvenir, por tanto, al final, casi me deprimí. Pero lo que es la luz del sol, que primero te enciega, pero que después te ayuda a ver con mayor claridad.

Y bueno, es la 1 de la mañana y aunque esté de vacaciones, mañana tengo muchas cosas que hacer y entre ellas no entra precisamente, el escribir. Mañana me tengo que vestir de gris, porque estoy seguro que el día se va a vestir de gris y a mi no me gusta dar la nota de ir mal vestido y el no estar acorde con la luz solar. Mañana de gris impoluto y con los calzoncillos de color añil y porque mañana voy a ser un tío feliz y feliz como una perdiz.

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JULIO CORTÁZAR