Yo os juro que intento controlarme, que intento atarme de pies y manos y que si no me llega, me pongo una camisa de fuerza y un cinturón de castidad, de esos que se clavan en tus carnes a medida que tienes malos pensamientos. Un mal pensamiento, pues toma un centímetro de profundidad, y como el tema de los malos pensamientos es progresivo, pues la cosa acaba, que el cinturón de castidad ya forma otra capa de piel alrededor de mi delicado cuerpo, y a esa capa, le llamo, la capa de castidad incrustada.
Y aún así tengo que darme con el Cilicio, sí, con esa especie de látigo pequeñito y tan amañadito, que tanto sirve para azotar tu espalda, como tus nalgas, lo que prefieras y lo que te de más gusto. Y a todo esto, rezo el rosario al mismo tiempo que me azoto y esparzo trozos de mis carnes por las paredes de mi celda. Rosario negro de azabache, comprado in vivo y en cuerpo presente en el mismo Vaticano, al lado de donde venden escapularios y biblias "made in china".
Vamos que tengo un chiringuito de cosas supuestamente sagradas o seo dicen las instrucciones, y que tienen un fin en sí mismo, que es el de controlar mi maldad exacerbada. De todas formas a la entrada de mi casa tengo un pila bautismal y así cuando entro en casa, me persigno y me santifico con el poder del agua bendita. Y en cada habitación tengo una petaca rellena del agua más pura y bendita y porque ya se sabe que por la noche uno se dispara con los deseos y malos pensamientos y simplemente me echo un trago y me quedo tan limpio por dentro, que cuando cago la mierda es brillante y emite destellos.
Y aún así tengo que darme con el Cilicio, sí, con esa especie de látigo pequeñito y tan amañadito, que tanto sirve para azotar tu espalda, como tus nalgas, lo que prefieras y lo que te de más gusto. Y a todo esto, rezo el rosario al mismo tiempo que me azoto y esparzo trozos de mis carnes por las paredes de mi celda. Rosario negro de azabache, comprado in vivo y en cuerpo presente en el mismo Vaticano, al lado de donde venden escapularios y biblias "made in china".Vamos que tengo un chiringuito de cosas supuestamente sagradas o seo dicen las instrucciones, y que tienen un fin en sí mismo, que es el de controlar mi maldad exacerbada. De todas formas a la entrada de mi casa tengo un pila bautismal y así cuando entro en casa, me persigno y me santifico con el poder del agua bendita. Y en cada habitación tengo una petaca rellena del agua más pura y bendita y porque ya se sabe que por la noche uno se dispara con los deseos y malos pensamientos y simplemente me echo un trago y me quedo tan limpio por dentro, que cuando cago la mierda es brillante y emite destellos.
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