NADIE ES PERFECTO

El día no está tan mal, de momento está nublado, pero se le ven venir sus intenciones, en cuanto afloje el sol, nos helaremos de frío húmedo. Yo ya debía estar acostumbrado a esa humedades insulares, pero no señor, yo me rebelo y eso que sé, que tengo perdida esa batalla. Ahora en mi casa, no, porque ya tengo montado todo el sistema de calefacción para el invierno y para el verano, el aire acondicionado. Claro que esto tiene un peligro evidente, que si ya antes me costaba salir de casa, ahora me incrusto como una lapa.

Yo vivo dentro de mis propios recuerdos, de todo lo que fui acumulando, viendo y sintiendo y desde mi casa rebobino las distintas películas que he vivido. Y ya sé que no debía ser así, que debía salir y correr en pelotas por las playas o por los campos de trigo, o recoger champiñones con una cesta de mimbre y perderme por el monte, pero yo mismo me concedo la venia y me perdono por no hacer todo esto. Yo mismo me indulto y me amnistío y porque sino no tendría tiempo de escribir las paridas que escribo.

Yo que sé, en algún momento de tu vida te toca elegir y porque no eres un tío perfecto. Perfecto sería el levantarme a las 6 de la mañana y para dar un paseo, perfecto sería ahora escribo dos horas y después lo dejo, perfecto sería el quedar con la gente más cercana y tomarte un gin tonic, perfecto sería hacer la comida, lavar tu ropa, cepillarse los dientes, limpiar tu casita, encender la chimenea, ejercer de taxista de tus hijos, montar el árbol de navidad y ahora me acabo de acordar, de que tengo que ir con mi hijo pequeño a por musgo, para ese Belén que tanto le enternece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR