VIANDAS

Pues ya estamos cerca de la hora bruja, cerca de la hora de pensar en que tengo que hacer de comida y el primer síntoma de ello, es que por todos mis orificios me sale humo, humo que no contamina, ni afecta a la capa de ozono, pero humo que no te deja ver las cosas claras. Y se pone en funcionamiento la máquina de pensar alternativas y ojeo la nevera y el congelador y con la vana esperanza de que tenga una visión que me ilumine algo y que por fin, me de una idea definitiva.

Falsa ilusión, falsa esperanza y de tan falsa que es, me vuelvo a quedar en blanco. Y vuelta a empezar de nuevo y si hago un plato extraordinario que no viene en ningún recetario y si hago un plato común y sencillo y si hago que hago algo y compro un producto congelado y echo por el mejor cocinero o sea una mierda de producto conservado en salsas extrañas y malsanas. Yo que sé, pero escribiendo esto, ya me estoy definiendo y haré un rico y sabroso Risotto.

Risotto de arroz con setas del bosque (Níscalos o Rovellones y no me toques los cojones) y con un rico queso de fundición. Y que no me olvide del verde, o sea de la ensalada cuatro estaciones o de la clásica o de la temporada. Ya está, Risotto y ensalada y ahora mismo voy hacer la compra, la compra que también tiene huevos hacerla en éste pueblo, pues escasean las buenas viandas y si hay una, está a precio de ir a la Luna.

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JULIO CORTÁZAR