69

Me acabo de dar cuenta que estoy en el escrito 4.469 y supongo que ya habéis adivinado por donde van mis tiros. Sí, por el 69, por ese número que tantas veces nos llenó de gusto y de noches y tardes espléndidas, aunque de mañana, tampoco estaba tan mal, apartabas el curasao y ya está, al lío y de cabeza. En general, estaba estupendo y en general y en concreto. Parezco el abuelo recordando viejos tiempos y contando batallitas, porque a mi edad ya no hay 69 que valga, hay ganas pero ya no hay cuerpo.

Porque ahora ya no somos pesos ligeros, ahora se te pone una tía encima y mueres asfixiado. Ahora sólo hay el 69 por partes, primero lo hace uno y después, lo hace el otro. Y éste es el Kamasutra de los viejos, el poco a poco y por partes. Ahora no puedes follar y al mismo tiempo comerte una manzana, porque o te desenganchas o te atragantas. Ya no se sincroniza el cuerpo como antes, aparte que todo te cruje y todo te duele. Despacito y con buena letra, recomiendan los médicos de la tercera edad.

Aparte que el 69, fueron las veces en que yo me perdí. Casualidad ¿no?, pues así es. No que me equivoqué, pues esas fueron muchas más, sino que me perdí. Y eso implica que perdí el Norte, que perdí parte de mis principios, que hice cosas que nunca haría, que viví en las alcantarillas y rodeado de ratas, vamos, que crucé los límites de lo establecido pero sin saberlo o sea en plan inconsciente. Si hubiera sido consciente, ya hace mucho tiempo que estaría tal y como estoy ahora. O sea cojonudamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR