COPILOTO ALEMÁN

Ahora pensaba en ese descerebrado de copiloto que decidió suicidarse con el avión lleno de personal. Claro que el tío era Alemán, si llega a ser árabe o moro se hubiera pensado desde el principio que se le había ido el coco. O español o italiano o marciano. Pero es que esa imagen de alemán cuadriculado la venden como melones, pues venden que nada se escapa a su lupa, que tienen todo controlado y que su funcionamiento es más perfecto que el cerebro humano. Pues no señor, al que le patinaron las neuronas era más alemán que la Merckel y un perfecto atleta y un perfecto e inmaculado piloto.

Que no me alegro de ello, ¡como me voy a alegrar de semejante asesinato!. Y es que en el fondo me importa una mierda que el tío fuera alemán o senegalés, el tío se cepilló 149 vidas humanas y da igual que estuviera loco del coco o que le hubieran extirpado todas sus neuronas, porque el resultado es el mismo, 149 personas muertas  y punto y pelota. Mucha gente se pregunta ¿qué le pudo pasar por el coco? y yo también soy uno más de ellos y eso, que yo yo soy de su puto gremio, del gremio de los locos.

Pero yo no sé como se le disparó su rifle, no sé como se cargó su bomba y pienso que ahora vendrán 50.000 teorías que intentarán mostrarnos motivos para semejante comportamiento. Pero motivos tenemos todos y habrá gente que tiene muchos más y no por ello deciden cargarse un avión entero lleno de personal humano. La teoría del comportamiento humano está en pañales y cuando la locura acecha, puede que se salte todos los filtros que le ponemos. Por lo tanto y de momento, seguiremos con los mismos interrogantes, no hay explicación para semejante comportamiento.

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JULIO CORTÁZAR