Ya casi son las 8 de la tarde y no sé como deciros como me encuentro. Me encuentro bien, pero no del todo. Me falta un puntito o un empujoncito. Bueno pero en general me encuentro bien y ya resueltas algunas de mis dudas existenciales, me siento como más ligero y más liviano. Mis dudas hoy, van por otros derroteros, van de si merece la pena seguir viviendo. Claro que ésta pregunta es el mismo tópico que se plantea siempre, de si tengo motivos y causas para merecer que siga vivo, porque sino los tengo, apaga y vámonos y a otra cosa mariposa.
Pero en mi cabeza no está esa posible rendición. Que sí, que la admito como posible y quién sabe si un año de estos estoy yo en ella, pero ahora, va a ser que no. ¡Joder!, si que tengo motivos, causas y razones para seguir viviendo, tengo tantas que no sé por cual empezar. Y no voy a caer en la trampa de dar mil razones y motivos, porque no me apetece enumerarlas y porque estoy vago de cerebro. Pero una muy simple que sí puedo dar, puedo decir que quiero seguir viviendo porque me queda tanto por disfrutar, que simplemente no quiero perdérmelo.
Creo que es razón suficiente y más o menos el resto, siguen ese mismo razonamiento. Podía decir, que es porque me gusta la vida y que me apasiona la historia, pero estoy seguro que me quedaría corto, porque en realidad me gusta todo. También me gustan los problemas, los embrollos del día a día, el que se te olvide algo y el que te dejen plantado, pues me gustan los sentimientos contradictorios y el que hoy quieras a alguien y el que mañana la odies. La riqueza del día a día está en esa variedad de los sentimientos y no en el que hoy te quiero y te querré para siempre.
Pero en mi cabeza no está esa posible rendición. Que sí, que la admito como posible y quién sabe si un año de estos estoy yo en ella, pero ahora, va a ser que no. ¡Joder!, si que tengo motivos, causas y razones para seguir viviendo, tengo tantas que no sé por cual empezar. Y no voy a caer en la trampa de dar mil razones y motivos, porque no me apetece enumerarlas y porque estoy vago de cerebro. Pero una muy simple que sí puedo dar, puedo decir que quiero seguir viviendo porque me queda tanto por disfrutar, que simplemente no quiero perdérmelo.
Creo que es razón suficiente y más o menos el resto, siguen ese mismo razonamiento. Podía decir, que es porque me gusta la vida y que me apasiona la historia, pero estoy seguro que me quedaría corto, porque en realidad me gusta todo. También me gustan los problemas, los embrollos del día a día, el que se te olvide algo y el que te dejen plantado, pues me gustan los sentimientos contradictorios y el que hoy quieras a alguien y el que mañana la odies. La riqueza del día a día está en esa variedad de los sentimientos y no en el que hoy te quiero y te querré para siempre.

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