Hoy tengo el cuerpo frío, pero porque de una puta vez hace frío y es que estamos en el mes de Febrero, quizá el mes más frío del año, pero pasa que hasta ahora estaba haciendo un tiempo primaveral y hoy día 4 de Febrero, por fin el Invierno ha sido declarado. Pues ya sabemos que hacer y en mi caso tirar de la estufa de leña y para que caliente nuestros cuerpos y las paredes de la casa, pues el el único calor que lo seca todo y a las paredes llenas de profundas humedades las deja tiesas. Y no se ha descubierto un calor mejor y más humano, pues el calor de la leña resulta entrañable y destila aromas ancestrales.
Para mi el no tener el calor de la leña, es como ir de camping y no poder hacer una hoguera. Yo necesito ver las llamas y sentir el olor de la leña quemada, otros necesitan otras cosas y yo se las respecto, pues no pasa nada por tener esas necesidades y además pasa, que mientras no queme mi casa, tengo el derecho de hacer lo que quiero. De todas formas y por si acaso, la tengo asegurada y con todos los ornamentos, pues mi casa es lo que único que me queda. Bueno, mi casa y mi coche y punto y pelota y además creo, que será mi última casa y mi último coche y porque por mucho que quiera estirar mi vida, las cosas son y serán así.
La verdad es que nunca pensé en modo último y porque siempre pensé que había más y más, pero claro, ya tengo 60 años y las cosas van tomando aspecto de último uso. Y cuesta empezar a despedirse y cuesta porque en el fondo uno no quiere despedirse y porque quiere seguir en la pomada. Además, uno se tuvo que currar tanto ¿para qué?,¿para hacer criaderos de gusanos y floristerías de malvas? y ahora, que le empiezas a ver el rasero a las cosas, pues resulta que empiezas a estar de sobra y como un puto y frío convidado de piedra.
Para mi el no tener el calor de la leña, es como ir de camping y no poder hacer una hoguera. Yo necesito ver las llamas y sentir el olor de la leña quemada, otros necesitan otras cosas y yo se las respecto, pues no pasa nada por tener esas necesidades y además pasa, que mientras no queme mi casa, tengo el derecho de hacer lo que quiero. De todas formas y por si acaso, la tengo asegurada y con todos los ornamentos, pues mi casa es lo que único que me queda. Bueno, mi casa y mi coche y punto y pelota y además creo, que será mi última casa y mi último coche y porque por mucho que quiera estirar mi vida, las cosas son y serán así.
La verdad es que nunca pensé en modo último y porque siempre pensé que había más y más, pero claro, ya tengo 60 años y las cosas van tomando aspecto de último uso. Y cuesta empezar a despedirse y cuesta porque en el fondo uno no quiere despedirse y porque quiere seguir en la pomada. Además, uno se tuvo que currar tanto ¿para qué?,¿para hacer criaderos de gusanos y floristerías de malvas? y ahora, que le empiezas a ver el rasero a las cosas, pues resulta que empiezas a estar de sobra y como un puto y frío convidado de piedra.
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